KEPLER Y BRAHE
Johannes Kepler (1571-1630) y Tycho Brahe (1546-16019 fueron grandes astrónomos que a pesar de sus personalidades tan distintas, podríamos decir que eran una pareja extraña, lo que tenía uno lo necesitaba el otro, y al revés. Juntos llegaron a lo más alto.
Algunas diferencias entre Kepler y Brahe:
Kepler llevó una vida errante y azarosa en una época de conflictos religiosos. La Contrarreforma y la guerra de los Treinta Años, le llevaron a Praga, Linz, Ulm, Sagan y a Ratisbona, donde murió. Fue educado en la fe luterana, fue tolerante y autodidacta en cuestiones religiosas. Renegó de la ubicuidad corpórea de Cristo, fue tachado de calvinista y excomulgado.
Brahe, no fue la religión la fuente de sus problemas, sino su arrogancia. Cristian IV de Dinamarca le “invitó” a abandonar su observatorio en la isla de Ven por su tiranía.
Brahe entendía el cosmos con la Tierra en el centro del universo, el Sol girando en torno a ella y el resto de planetas desplazándose alrededor del astro rey. La mayor aportación científica de Brahe fueron sus tablas y los instrumentos de observación que él mismo inventaba.
A Kepler le debemos sus leyes, el inicio de la moderna mecánica celeste.
Brahe era caótico, arrogante, de fuerte carácter, de ascendencia noble, estuvo bien relacionado. Federico II le regaló una isla-observatorio y Rodolfo II le nombró matemático imperial. Se amancebó con la hija plebeya de un pastor luterano, con la que nunca se casó. Llevó una vida de excesos, murió de una infección de vejiga por aguantar demasiado tiempo las ganas de orinar.
Kepler era enclenque y con accesos de sarna, hemorroides, corto de vista problemas digestivos. De origen humilde, siempre fue subordinado de sus protectores. Se casó dos veces, la primera por dinero y la segunda escogiendo entre once candidatas con un método de prueba y error.
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