13 de mayo de 2016

CONTROL DE LAS CRECIDAS DEL NILO


La riqueza agrícola de Egipto dependía de las crecidas anuales del Nilo, éstas no siempre eran uniformes y, tanto si eran demasiado fuertes como escasas, podían provocar el hambre y la miseria del pueblo. Lograr una infraestructura hidráulica de canales, acequias, diques, etc., que permitiera controlar las subidas del Nilo. Esa fue la primera actividad que tuvieron que plantearse el Estado y los pueblos egipcios.

Ese trabajo fue emprendido bajo la iniciativa del faraón y en él participaron toda la población campesina, que en los meses anteriores a la inundación y durante la misma debía construir, reparar y limpiar toda la red de canales. Estos trabajos también tendían a mantener agua almacenada en lagos y diques el mayor tiempo posible, para, después de la inundación, procurar el regadío necesario a sus cultivos.

En todo momento la administración faraónica intento que éste fuera un trabajo coordinado desde el Estado y que nunca pudiera realizarse individualmente. Tan importante era este trabajo que los gobernantes de los nomos tenían como titulo principal el de “excavador de canales”.

En épocas como el Primer Período faraónico, los trabajos de acondicionamiento y preparación de los campos antes de la crecida no se realizaron convenientemente. Esto motivó que las aguas inundaran y destruyeran los campos provocando que las cosechas fueran escasas y conllevaran a pasar hambre al pueblo egipcio. Siempre coincidían los períodos de escasez con los períodos de inestabilidad política o debilidad del gobierno central. La planificación de este trabajo por parte del Estado fue imprescindible para el buen funcionamiento del país.

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