12 de noviembre de 2015

ORIGEN DE LA GOMA DE MASCAR


Antonio López de Santa Anna (1794-1876), fue un general mexicano que jugó un papel importante en las guerras de México contra los Estados Unidos. El resultado fue la pérdida de los territorios de los actuales estados norteamericanos de Texas, Nuevo México, Arizona, entre otros.

Santa Anna terminó viviendo en Nueva York, instalándose en Staten Islan. Con él se llevó uno de sus vicios favoritos; la goma de mascar. En ese momento ese chicle era la savia lechosa y seca de la sapodilla, un árbol conocido por los aztecas como chitcli, de donde proviene el nombre.

Thomas Adams (1818-1905), fotógrafo neoyorquino, amigo de Santa Ana, importó grandes cantidades de esa materia con la idea de convertirla en caucho sintético barato. No lo consiguió y como no sabía qué hacer con esa gran cantidad de chitcli, que había importado de México, decidió imitar a su amigo y, decidió mascarlo, su hijo Horacio también lo hizo.

Les gustó tanto que se decidieron a lanzarlo al mercado como substituto de las pastillas de parafina masticables que se vendían para calmar la ansiedad y tranquilizar los nervios, etc. Las primeras bolitas de chicle sin sabor se vendieron en un drugstore de Nueva Jersey en febrero de 1871, su precio era de un penique la unidad. Se vendían en cajitas que ponían: “Adams New York Gum”.

Su hijo Horacio Adams (1845-1911) se encargó de promocionar las ventas por toda la costa atlántica de los Estados Unidos. El chicle no tardó en desbancar a las pastillas de parafina. De comercializarse en bolitas, pronto pasó a venderse en tiras largas y delgadas que el vendedor cortaba al gusto del cliente. Ese chicle era muy duro.

Durante muchos años fue insípido. En 1875, el farmacéutico John Colgan lo aromatizó, utilizando un bálsamo medicinal de tolú, resina aromática utilizada para fabricar jarabes contra la tos. Dio a su producto el nombre de “Taffytolú”.

Thomas Adams, promotor del chicle, lanzó al mercado su propia versión del chicle con aroma. Para ello usó la goma de sasafrás, y más tarde una con esencia de regaliz. Poco tiempo después apareció el chicle con sabor a menta, que lanzó al mercado, fabricante del estado de Ohio.

Adams, emprendió una nueva idea, e inventó la máquina expendedora de chicle. Instaló estos aparatos en todas partes, con lo que distribuyó de forma masiva sus chicles de bola de tutti frutti en los andenes del metro de Nueva York.

En 1915, William Wrigley Jr. (1861-1932), fabricó el chicle de Spearmint. Como boom publicidad, envió a todos los americanos con teléfono cuatro pastillas de su chicle, en total seis millones de pastillas.

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