11 de noviembre de 2015

EMPERADORES HISPANOS (3)




El tercer de los emperadores hispanos fue Teodosio I el Grande, nacido el Itálica, (347 d. C.-395 d. C.), hijo del general Flavio Teodosio (Teodosio el Viejo), que fue ejecutado en África al ser acusado de traición. El joven Teodosio se había ejercitado como militar en Britania, luchando al lado de su padre, cuando el progenitor murió, se retiró a Hispania, donde recibió la llamada del emperador de Occidente Graciano, para que asumiera el trono del Imperio Oriental después de la muerte del emperador Valente en la batalla de Adrianápolis, emprendida contra los visigodos en 378.

En 379 asumió el gobierno y desarrollo una gran gestión de los territorios orientales y combatió a los hunos. Con ellos negoció su asociación al Imperio como federados, concediéndoles ricos territorios libres de impuestos en los que establecerse. Ese gesto contribuyó a una especie de paz con los pueblos barbaros, lo que frenó la caída del Imperio romano.

El asesinato del emperador Graciano trajo como consecuencia que muchos jefes provinciales se creyeran con derecho a ocupar el poder en Roma.

Teodosio hizo de árbitro en algunas batallas, hasta que al final asumió, en 394, la dirección de las dos partes en las que se había dividido el convulso Imperio. Esa unión sólo duró unos meses, ya que Teodosio murió en enero de 395. Fueron sus sucesores sus hijos; Honorio en Occidente y Arcadio en Oriente.

Teodosio, apodado el Grande, se caracterizó por su gran fe católica. Lucho con empeño contra los movimientos religiosos considerados por él como herejes. Con su muerte se esfumaron las esperanzas de Roma. En los ochenta siguientes años, el declive condujo a la desaparición de una civilización que había subsistido más de mil años.

Catorce años después de la muerte de Teodosio, las tribus de suevos, vándalos y alanos penetraron en el panorama imperial, sin nadie que lo impidiese, ya que la península Ibérica estaba carente de legiones desde hacía mucho tiempo.

En 409, los bárbaros se apoderaron de Hispania. Cinco años después llegaron los visigodos desalojando a los germanos, haciéndose con el poder de la Península. Reinó desde 378 hasta su muerte en 395.

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