11 de enero de 2015

ALCANZADOS POR UN RAYO (2)


Samuel Leffers se despertó una mañana, en 1806, con el costado izquierdo de su cuerpo entumecido. Pensó que la causa podría ser porque había dormido toda la noche del mismo lado. Enseguida se dio cuenta que además no podía cerrar el ojo izquierdo y que tenía problemas para hablar. Poco a poco su estado mejoró, el único problema era que el ojo se le quedó abierto y sin ninguna posibilidad de cerrarlo. Al poco tiempo fue alcanzado por un rayo que le dejó inconsciente, cuando volvió en sí, podía mover todo el cuerpo con normalidad, y su visión había mejorado y podía mover el párpado. Sin embargo, el rayo lo dejó sordo.

En 1975, cuatro golfistas profesionales fueron alcanzados por un rayo en Chicago, durante la celebración del Western Open. El famoso golfista Lee Treviño era uno de ellos, y el rayo levantó cuarenta y seis centímetros del suelo y le dejó inconsciente, y con el cuerpo paralizado. Años después se recuperó de las lesiones.

Berry Jo Hudson, es una especie de pararrayos humano. Cuando era una niña la alcanzó un rayo en la cara. Poco tiempo después la casa donde vivía con su familia, recibió una descarga eléctrica. En 1957, la casa quedó destruida por completo al caerle un rayo. Cuando se casó, su nuevo hogar fue alcanzado por un rayo tres veces. En una ocasión Berry Jo, y su marido estaban pelando judías en el porche de su casa, de repente, se desató una tormenta de relámpagos, el matrimonio se refugió en el interior de la casa. Escucharon un ruido infernal; el rayo había destruido el dormitorio.

James Otis (1725-1783), activista político y abogado, en sus últimos años de vida, se obsesionó con que deseaba morir de una manera imprevista, una manera enviada por el cielo. A Otis lo mató un rayo.

Tulio Hostilio (673-641 a. C), tercer rey de Roma, se obsesionó con la idea de que los dioses le iban a castigar, así que, empezó a comentar que Zeus lo mataría con un rayó. En el año 641 a. C., murió partido por un rayo.

El emperador de Bizancio, Anastasio I (430 d.C.-518 d. C.), fue advertido, por medio de una profecía, de que moriría por culpa de un rayo, desde ese momento las evitaba y si le cogían desprevenido buscaba inmediatamente refugio. En 518, se refugió en una vieja casa, un rayo cayó sobre ella, el techo se hundió y Anastasio murió.

El 2 de noviembre de 1994 una tormenta eléctrica hizo que un tren descarrilase, este tren llevaba fuel oíl a la ciudad de Drunka, al sur de Egipto. El rayo prendió fuego al fuel, que incendió un depósito de gas que había en el mismo lugar. El fuel oíl fue arrastrado hasta la ciudad por la lluvia. Mató a 500 personas.

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