ORIGEN DE LA COMPRESA FEMENINA

Las compresas femeninas tienen su origen en las vendas súper absorbentes que utilizaban las enfermeras y los médicos para los heridos de la Primera Guerra Mundial, las enfermeras se dieron cuenta que serían muy útiles para las mujeres.

Estaban hechas de pulpa de celulosa, que era 5 veces más absorbente que el algodón normal. Esta celulosa fue fabricada por la empresa Kimberly-Clark que se encargó de comercializar las primeras compresas sanitarias desechables, era el año 1920, y salieron a la venta con el nombre de “Kotex”.

Kotex fue la primera compresa en hacer publicidad sobre la menstruación, ya que hasta entonces era un tema tabú. Tal era el silencio sobre el tema que las empresas de fabricación de compresas femeninas solucionaron el problema efectuando un procedimiento que permitía a las mujeres poner dinero en una caja y coger por sí mismas un paquete de compresas del mostrador (de esta manera las mujeres no tenían ni que hablar con el empleado).

Los primeros tampones salieron a la venta en los años 30, no tuvieron nada de éxito, ya que no estaba bien visto que las mujeres tocaran su zona vaginal. Otro problema era su diseño, no resultaban cómodos y además no eran desechables.

Hasta llegar a las compresas actuales, ha habido diferentes y extraños prototipos; cinturones elásticos, tiradores, accesorios raros, etc. En los años 70 aparecieron las compresas con tiras adhesivas para ajustarse a la ropa interior. Se ha calculado que una mujer en su vida fértil utiliza unas 10.000 compresas.