PERROS CONTRA RATAS EN LA INGLATERRA VICTORIANA

En la Inglaterra Victoriana, eran muy comunes las peleas de animales. En 1835 se firmo el “Acta contra la crueldad animal”, a pesar de ello, las peleas entre perros y ratas escaparon de la prohibición, ya que se consideraban un juego de apuestas. En Londres todas las noches se celebraban estas peleas, llamadas “rat-pit” o “pozos de ratas”, donde se apostaban grandes cantidades de dinero.

Las reglas no eran muy complicadas: había distintas modalidades, pero fundamentalmente ganaba el perro que más ratas mate en menos tiempo. La media era cinco segundos por rata y quince ratas por minuto una marca complicada de superar. A los perros se les entrenaba para que sus mordiscos fueran rápidos y mortales. Las ratas heridas no contabilizaban, sólo contaban las totalmente muertas. Los perros también resultaban heridos, sobre todo mordiscos en el hocico y en las orejas. Era muy normal que los perros se quedaran tuertos.

Hubo grandes campeones: Billy, un Bull Terrier de 12 kilos, que fue el primero en matar 100 ratas en menos de 6 minutos. Lo hizo en cinco minutos treinta segundos, o sea, 3,3 segundos por rata. Jacko, otro Bull Terrier que mató 100 ratas en 5,28 minutos. Jacko también logró acabar con 60 ratas en 2 minutos 42 segundos.

La gran demanda de ratas hizo que aparecieran suministradores especializado, se llamaron “Rat-Catcher” (cazadores de ratas). Jack Black fue un famoso suministrador, presumía de tener la mejores ratas de campo, eran las mejores porque sus mordiscos no trasmitían enfermedades a los perros. Para demostrarlo metía su mano desnuda en una jaula llena de ratas y dejaban que le mordiesen. Su fama fue tan colosal, que vendía ratas a la reina Victoria, a quien le gustaba tener ratas como mascotas.