11 de julio de 2014

RELIQUIAS


Dentro de la iglesia católica se han atesorado desde siempre reliquias de los santos. Estas reliquias pueden ser un hueso, sangre, algo usado por el santo, un trozo de tela pasado por su cuerpo, etc. La iglesia ha dividido las reliquias en tres clases: de Primera Clase: alguna parte del cuerpo del santo; de Segunda Clase: algo personal del santo, algo que utilizó o le perteneció; y de Tercera Clase: algún objeto que tocó en alguna ocasión.

Reliquias hay para todos los gustos, algunas muy raras o por lo menos curiosas:

El anillo nupcial de la Virgen María, propiedad de los herederos de un primado de España, arzobispo de Toledo, se encuentra en Albacete. Otro anillo idéntico pertenece a los herederos del británico duque de Berry.

El brazo de la Virgen María junto a su hígado se encuentra en las habitaciones de San José de Calasanz, en San Pablo Pantaleone, en Roma. Una oreja de San Pedro, se encuentra en posesión del abad de Cleriac y de San Leonardo, en Porto Mauricio. En el Vaticano se conservan las sandalias de Jesucristo. El cáliz de la “Última Cena”, se venera en la catedral de Valencia.

Una de las treinta monedas que cobró Judas, fundida, se utilizó en la fabricación de la campana de Velilla del Ebro (Zaragoza). La leche de la Virgen María se conserva en varios sitios: la catedral de Oviedo y el convento de los agustinos de Santa María Popolo, en Roma, son los más populares. Las lágrimas de Santa María se veneran en Vendôme (Francia). En San Pantaleone de Roma, se conservan la lengua y el corazón de Santa María.

En Italia, el cabello de Juan, discípulo de Jesús, se encuentra en el cráneo de Santa Águeda, en Italia. Se conserva en el Museo de Prehistoria Contemporánea de Roma, la cola del asno que llevó a Jesús, en este mismo museo se conserva el cuchillo con que se circuncidó a Jesucristo y las trece lentejas y un trozo de pan de la Última Cena.

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