EL LOCO PROYECTO DE FRANK LLOYD WRIGHT
El arquitecto Frank Lloyd Wright (1867-1959) diseñó al final
de su carrera, un enorme edificio, lo llamó Mile-High Illinois. Contaba con
quinientos veintiocho pisos y mil setecientos metros de altura, para realizar
el diseño utilizó una mesa de 9 metros de longitud.
Si se hubiera construido esta mole hubiera sido casi dos
veces superior en altura a la Torre Dubai, que es el edificio más alto del
mundo con ochocientos veintiocho metros.
Según Wright, con unos cuantos edificios como ese bastaría
para contener casi todas las oficinas de una ciudad como Nueva York, liberando
mucho espacio urbano para utilizar en otras cosas.
La estructura, según los cálculos del arquitecto, iba a ser
tan ligera que no tendría oscilaciones, ni siquiera en su cúspide. Unos
ascensores exteriores movidos por energía atómica y funcionando por parejas, se
elevarían por unas vías dotadas de mecanismos de trinquete de alta seguridad.
Además, contaría con dos helipuertos con capacidad para ciento cincuenta
aparatos y un aparcamiento subterráneo para quince mil coches.
El coste, calculado en 1957, era de cien millones de dólares. Su proyecto, aunque posible desde el punto de vista de los ingenieros, asustó a constructores, agentes inmobiliarios, arquitectos, bomberos y políticos. Lo rechazaron sin dudar ni un segundo.
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