ANA BOLENA Y ENRIQUE VIII
Enrique VIII fue uno de los hombres más mujeriegos de la historia. Se casó con Catalina de Aragón, viuda de su hermano. La pareja tuvo seis embarazos, pero solo una hija sana, María, por lo que Enrique empezó a sentirse insatisfecho con su matrimonio. Tuvo como amante a la ayudante de cámara de su esposa, María Bolena, pero enseguida se fijo en su hermana Ana.
Ella era muy querida en la corte. Al principio se resistió al rey, pero cuando le propuso matrimonio aceptó. Después de divorciarse de Catalina, Enrique se casó con Ana.
El rey enseguida se empezó a cansar de Ana. Encontraba su ingenio irritante, le enfadaba que ella discutiera con él en público y que se molestase porque él conservaba a varias amantes. Lo peor de todo, le dio una hija en lugar de un varón heredero, más tarde le siguieron varios abortos.
Enrique encontró pronto una sustituta, Jane Seymour, a la que instaló en los aposentos reales. Eso fue el fin de Ana, la acusó de adultero, incesto y brujería. La enviaron a la Torre de Londres donde fue ejecutada.
Cuentan que Ana fue la única mujer de la que estuvo realmente enamorado el rey. Sin embargo, se casó con Jane Seymour una semana después de la ejecución de Ana Bolena.
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