VARENGOS

A los vikingos que se aventuraron más al sur se les llamo varengos, que era el nombre que los griegos les habían dado. Durante el último sitio a Constantinopla, los bizantinos quedaron tan maravillados con la mentalidad guerrera de los varengos que el emperador Basilio II, los contrató en 988 para que se uniesen a su guardia personal. Al ser el ejército bizantino multicultural, los vikingos fueron muy bien aceptados.

Lucharon junto a sirios, armenios y sicilianos, bajo la bandera bizantina hasta la guerra ruso-bizantina del año 1043. El conflicto marcó el fin del avance varengo hacia Asia. Los varengos se convirtieron en los guardianes más brutales de la época.

Cabalgaban hasta la batalla, pero también luchaban a pie. La guardia varenga sirvió hasta el siglo XIV, lo que aseguró que todavía hubiese vikingos en Constantinopla.

Los varengos usaban una túnica bajo la armadura con unos aros de metal que protegían muñecas y antebrazos. La armadura de láminas de bronce o hierro, a veces se sustituía por una cota de malla. Llevaban botas de cuero, cubiertas con grebas del mismo material para proteger la parte inferior de las piernas. Utilizaban un casco cónico de hierro, pero con el calor a menudo lo cambiaban por un tocado más liviano.

Llevaban hachas de 30 centímetros de hoja, también llevaban espadas de doble filo y lanzas. Los escudos eran esféricos, los clásicos vikingos. Los llevaban a la espalda cuando usaban un arma con ambas manos.