LAMPREA Y OSTRAS
La lamprea es un pescado parecido a una gruesa anguila, tiene muy mala fama ya que cuenta la leyenda que los antiguos romanos las engordaban con carne de esclavos, que echaban vivos en los viveros.
Para asegurar está leyenda, algunos cuentan lo siguiente: Augusto se presentó a comer al hogar de Vedio Pollion, un esclavo tuvo la torpeza de romper una majestuosa ánfora de cristal. Vedio Pollion, que pensaba deslumbrar a Augusto con esa gran joya, ordenó que el esclavo fuera echado en el vivero de las lampreas. El esclavo, muerto de miedo, se arrojó a los pies del emperador pidiendo clemencia. Augusto no solo se la concedió, sino que ordenó que se rompieran todos los objetos de cristal que se encontraran en la casa y secar todos los viveros.
El poeta latino Horacio hace un canto a la lamprea, servida con una salsa preparada con aceite, vino, vinagre, sal y pimienta. Plotino, filósofo griego, reprochaba a los papas y nobles romanos que obsequiasen a sus amigos con lampreas que pagaban a precio de oro, y que mataban ahogándolas en vino de Chipre, colocándoles una nuez moscada en la boca y un clavo de olor en las agallas. Después las guisaba con almendras machacadas y muchas especias.
Las ostras han sido desde siempre muy apreciadas, al ser un alimento que se come crudo, existe la creencia de que los primeros que las tomaron fueron los habitantes de las orillas del mar. Los hindúes, los griegos y los egipcios las comían. Los griegos las importaban de Helesiponto, se recogían en Lesbos, lugar donde Leandro se echaba a la mar para sus visitas nocturnas a Eros. Hoy en día ese lugar se llama Boralli Calessi.
Los romanos, mejores gastrónomos que los griegos, las apreciaban mucho. Las servían colocadas en nieve o cocidas y sazonadas con garum. Las clasificaban por ostras del lago Lucrin, Tarento o Circei. Más tarde las preferidas y más cotizadas eran las ostras del Océano. El romano Sergio Orate, abuelo de Lucio Sergio Catilina, destacado político romano, que vivió doscientos cincuenta años antes de Jesucristo, fue el primero que las cultivó e hizo fortuna traficando con ellas.
Los expertos en ostras dicen que no deben comerse los meses que no tienen erre, o lo que es lo mismo los meses de verano.
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