EL INODORO EN LA HISTORIA
Letrina romana- Se colocaba en la parte trasera de los fuertes romanos, estaban situadas en una zona común. Los soldados se ponían a hablar allí mientras hacían sus necesidades, cuando acababan, se limpiaban con una esponja común que estaba colocada al final de un palo. Fuera el ejército, las letrinas eran un poco mejores, en la ciudad hasta tenían su propio sistema de alcantarillado, con agua de las termas para eliminar los desechos.
Orinal- Fabricado en cerámica o metal, se colocaba en el suelo, de esa manera no era necesario salir al escusado. En la Antigua Grecia fue el primer lugar donde se emplearon. En el siglo XVIII se hizo muy popular entre las damas, el bourdaloue, se lo escondían bajo las faldas y orinaban cuando les apetecía, sobre todo era muy útil en los servicios religiosos largos.
Sobre porquerizas- Consistía en una cabaña construida sobre una porqueriza, con un agujero que la unía directamente. Las heces caían por ahí y los cerdos se las comían. Eran habituales en la dinastía Han china.
Guardarropa- En la Edad Media se utilizaba una pequeña cámara elevada con asiento de piedra. Los desechos iban a un foso, que había que vaciar cuando el olor era insoportable. Las clases sociales altas se limpiaban con un paño, los campesinos con hojas suaves.
Don Pedro- En ocasiones los orinales se colocaban dentro de algún mueble. Cuando acababa de hacer sus necesidades, un criado se llevaba el orina y ponía otro limpio. En el palacio de Enrique VIII, había un puesto para eso se llamaba “el gentilhombre del escusado”, su función era desvestir al rey, y ayudarlo a hacer caca.
Letrina seca- Fue inventada por el reverendo Henry Moule y consistía en un asiento de madera con un recipiente debajo en el que había tierra. Unos años después el recipiente se llenaba de tierra fina y seca. Tirando de una manilla la tierra bajaba hasta el barreño, cada cierto tiempo la vaciaban.
Urinarios- Los primeros urinarios se instalaron en las calles de París. Durante las revoluciones de 1830 se utilizaron de barricadas. En ocasiones se pagaba por usarlos.
Váter con cisterna- El primero apareció en el siglo XVI. Llevaban un depósito con capacidad para 30 litros de agua. En el año 1897, Thomas Crapper creó el inodoro con sifón en la cisterna.
Váter eléctrico- Una vez se ha acabado de utilizar, sale un chorro de agua caliente y una ráfaga de aire para secar. Algunos modelos incluso te dicen cuál es el estado de salud según las heces.
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