CARTA DE HERNÁN CORTÉS A JUANA I Y A SU HIJO CARLOS V
Esta es la primera carta-relación escrita por Hernán Cortés
y dirigida a la reina Juana I de Castilla y a su hijo Carlos V, en ellas
describe su viaje a México, su llegada a Tenochtitlan, capital de imperio
azteca, así como algunos de los acontecimientos que ocurrieron en la conquista
de México.
(Algunos fragmentos de la carta)
De la Rica Villa de la Veracruz, a 10 de julio de 1519.
“Muy altos y muy poderosos, excelentísimos príncipes, muy
católicos y muy grandes.
…Bien creemos que vuestras majestades, por letras de Diego
Velázquez, teniente de almirante en la isla Fernandina, habrán sido informados
de una tierra nueva que puede haber dos años poco más o menos que en estas
partes fue descubierta, que al principio fue intitulada por nombre Cozumel y
después la nombraron Yucatán…
…Hay en esta tierra todo género de caza y animales y aves
conforme a los de nuestra naturaleza, así como ciervos, corzos, gamos, lobos,
zorros, perdices, palomas, tórtolas de dos o tres maneras, codornices, liebres,
conejos; por manera que en aves y animales no hay diferencia de esta tierra a
España; y hay leones y tigres…
…Hay algunos pueblos grandes y bien concertados. Las casas
en las partes que alcanzan piedra son de cal y canto, y los aposentos de ellas
pequeños y bajos, muy amoriscados; y en las partes adonde no alcanzan piedra,
hácenlas de adobes y encálanlos por encima, y las coberturas de encima son de
paja…
…Hay casas de algunos principales muy frescas y de muchos
aposentos, porque nosotros hemos visto casas de cinco patios dentro de una sola
casa, y por sus aposentos muy aconcertados, cada principal servido ha de ser
por sí. Tienen dentro sus pozos y albercas de agua, y aposentos para esclavos y
gentes de servicio, que tienen mucha. Y cada uno de estos principales tienen a
la entrada de sus casas, fuera de ella, un patio muy grande, y algunos dos y
tres y cuatro muy altos, con sus gradas para subir a ellos, y son muy bien hechos,
y con éstos tienen sus mezquitas y adoratorios, y andenes todo a la redonda muy
ancho, y allí tienen sus ídolos que adoran, de ellos e piedra y de ellos de
barro y de ellos de palo, a los cuales honran y sirven de tanta manera y con
tantas ceremonias que en mucho papel no se podría hacer de todo ello a vuestras
reales altezas entera y particular relación…
…La gente de esta tierra que habita desde la isla de Cozumel
y punta de Yucatán hasta donde nosotros estamos, es una gente de mediana
estatura, de cuerpos y gestos bien proporcionados, excepto que en cada provincia
se diferencian ellos mismos los gestos, unos horadándose las orejas y poniéndose
en ellas muy grandes y feas cosas, y otros horadándose las ternillas de las
narices hasta la boca y poniéndose en ellas unas ruedas de piedras muy grandes
que parecen espejos, y otros se horadan los bezos de la parte de abajo hasta
los dientes, y cuelgan de ellos unas grandes ruedas de piedra o de oro…
…Los vestidos que traen son como de almaizales muy pintados;
y los hombres tapan sus vergüenzas, y encima del cuerpo unas mantas muy
delgadas y pintadas a manera de alquiceles mariscos; y las mujeres y de la
gente común traen unas mantas muy pintadas desde la cintura hasta los pies, y
otras que les cubren las tetas, y todo lo demás traen al descubierto. Y las
mujeres principales andan vestidas de unas muy delgadas camisas de algodón muy
grandes, labradas y hechas a manera de roquetes…”
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