ORDEN DE LA JARRETERA
La Nobilísima Orden de la Jarretera es una orden británica de caballería. La fundó el rey Eduardo III, un día de San Jorge. El monarca británico es el Soberano de la Orden, y el hogar espiritual está en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.
El nombramiento como miembro de la orden es un favor real que otorga el rey para honrar a los que han contribuido al bien del país. Entre el siglo XVIII y el año 1946, el nombramiento se realizaba por indicación del gobierno.
La distribución de los cargos es la siguiente:
Soberano
Prelado ex officio
Canciller
Escribano
Rey de armas
Secretario
Caballero ujier del bastón negro
En principio la Orden era mixta, más tarde sólo estaba formada por hombres. En 1987, gracias a la actual reina, Isabel II, pueden pertenecer a la Orden las mujeres. Pertenecer a la Orden tiene carácter vitalicio, pero pueden ser expulsados por cometer delitos de herejía, traición o cobardía. Después de fallecer algún miembro, las insignias deben ser devueltas al Soberano de la Orden, después del funeral.
Forman parte de la Orden, el rey y el príncipe de Gales, como miembros ex officio, y como máximo veinticuatro caballeros o damas que proceden de distintos estamentos sociales. Para que se produzcan nuevos nombramientos debe producirse una vacante. El anuncio del nuevo miembro se realiza el 23 de abril, día de San Jorge.
Para que fuera más fácil el ingreso de nuevos miembros, se creó el “miembro de carácter supernumerario”, del que forman parte miembros de la Familia Real británica y de otras casas reales extranjeras. El primer rey extranjero que lo recibió fue Alejandro I de Rusia, en el año 1813.
Sobre el origen de la Orden existe una leyenda. Cuentan que durante una fiesta en el Palacio Eltham, el rey Eduardo III estaba bailando con la Princesa de Gales, Juana de Kent, cuando a ella se le cayó la liga de una de sus piernas. Para que evitar la vergüenza, el rey recogió la liga, se la puso en su pierna y dijo: “ Qué se avergüence aquel que de esto piense mal”, frase que se convertiría en el lema de la Orden.
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