5 de abril de 2016

DE RE RUSTICA LIBRI XII


Lucius Junios Moderatus Columela (4 d. C.-70 d. C.) fue un escritor y militar de Gades (Cádiz romana). Escribió la obra más completa de la antigüedad “De re rustica libri XII” (los 12 libros sobre la agricultura). El texto está escrito en prosa, a excepción del libro décimo, que trata sobre los jardines. Los nueve primeros libros tratan sobre las tareas del campo, la viticultura, la arboricultura de frutales, la ganadería, la avicultura, la piscicultura y los temas veterinarios. Los otros dos libros tratan sobre las funciones del granjero, y las obligaciones de la granjera.

De esta manera si un romano deseaba conocer todo lo referente a cereales, leía a Columela y encontraba, por ejemplo, las normas para la preparación de la tierra, las condiciones que debía tener el grano según el suelo en donde se sembraba, los métodos más apropiados de siega y trilla, etc. Está todo tan bien explicado que alguien totalmente inexperto se podía convertir en un excelente agricultor.

Algunos fragmentos de su obra:

“La yugada (superficie) de tierra pingüe (abundante) precisa ordinariamente de cuatro modios (equivale a 8,5 litros) de trigo; la mediana cinco. Para sembrar escaña (trigo antiguo), se precisan nueve modios en tierra fértil y diez si la tierra es de mediana calidad. Pues, aunque algunos no coinciden con nosotros en esas cantidades, nuestra experiencia nos señala que son las más convenientes…

No pretendemos que siempre haya que ajustarse a esas cantidades de simiente pues las características del lugar, la época del año o las condiciones atmosféricas pueden aconsejar variantes. Respecto al lugar, las variaciones dependen de si se siembre en llano o en colinas así como de si las tierras de esos lugares son pingües, medianas o endebles”. (Columela, II, IX).

“Las lentejas conviene sembrarlas al mediar la sementera, en el creciente de luna hasta el día doceavo, en un terreno endeble y suelto o bien en uno pingüe pero seco, pues se echa fácilmente a perder por la humedad cuando está en flor.

Para que nazca pronto y crezca bien, antes de sembrarla debe mezclase con estiércol seco y permanecer así durante cuatro o cinco días antes de echarla a la tierra. Es costumbre sembrarla en dos épocas…

Una yugada de tierra exige más de un modio. Para que no la coman los gorgojos”. (Columela, II, X, 15-16).

“Para calcular cuántas jornadas de trabajo se exigen antes de llevar a la era lo sembrado, diremos que cuatro o cinco modios de trigo precisan cuatro jornadas de arar con bueyes, una para la grada (piedra), dos para el primer escardo (arrancar las malas hierbas) y una para el segundo, una para el escardo a mano y una y media para la siega: en total, diez jornadas y media”. (Columela, II, XII; 1.).

“La casa de campo debe estar próxima al nacimiento de una corriente de agua de donde se puedan sacar acequias para el riego de prados, de huertos y de saucedales”. (Columela, I, Praef., II).

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