DE RE RUSTICA LIBRI XII
Lucius Junios Moderatus Columela (4 d. C.-70 d. C.) fue un
escritor y militar de Gades (Cádiz romana). Escribió la obra más completa de la
antigüedad “De re rustica libri XII” (los 12 libros sobre la agricultura). El
texto está escrito en prosa, a excepción del libro décimo, que trata sobre
los jardines. Los nueve primeros libros tratan sobre las tareas del campo, la
viticultura, la arboricultura de frutales, la ganadería, la avicultura, la
piscicultura y los temas veterinarios. Los otros dos libros tratan sobre las
funciones del granjero, y las obligaciones de la granjera.
De esta manera si un romano deseaba conocer todo lo
referente a cereales, leía a Columela y encontraba, por ejemplo, las normas
para la preparación de la tierra, las condiciones que debía tener el grano
según el suelo en donde se sembraba, los métodos más apropiados de siega y
trilla, etc. Está todo tan bien explicado que alguien totalmente inexperto se
podía convertir en un excelente agricultor.
Algunos fragmentos de su obra:
“La yugada (superficie) de tierra pingüe (abundante) precisa
ordinariamente de cuatro modios (equivale a 8,5 litros) de trigo; la mediana
cinco. Para sembrar escaña (trigo antiguo), se precisan nueve modios en tierra
fértil y diez si la tierra es de mediana calidad. Pues, aunque algunos no
coinciden con nosotros en esas cantidades, nuestra experiencia nos señala que
son las más convenientes…
No pretendemos que siempre haya que ajustarse a esas
cantidades de simiente pues las características del lugar, la época del año o
las condiciones atmosféricas pueden aconsejar variantes. Respecto al lugar, las
variaciones dependen de si se siembre en llano o en colinas así como de si las
tierras de esos lugares son pingües, medianas o endebles”. (Columela, II, IX).
“Las lentejas conviene sembrarlas al mediar la sementera, en
el creciente de luna hasta el día doceavo, en un terreno endeble y suelto o
bien en uno pingüe pero seco, pues se echa fácilmente a perder por la humedad
cuando está en flor.
Para que nazca pronto y crezca bien, antes de sembrarla debe
mezclase con estiércol seco y permanecer así durante cuatro o cinco días antes
de echarla a la tierra. Es costumbre sembrarla en dos épocas…
Una yugada de tierra exige más de un modio. Para que no la
coman los gorgojos”. (Columela, II, X, 15-16).
“Para calcular cuántas jornadas de trabajo se exigen antes
de llevar a la era lo sembrado, diremos que cuatro o cinco modios de trigo
precisan cuatro jornadas de arar con bueyes, una para la grada (piedra), dos
para el primer escardo (arrancar las malas hierbas) y una para el segundo, una
para el escardo a mano y una y media para la siega: en total, diez jornadas y
media”. (Columela, II, XII; 1.).
“La casa de campo debe estar próxima al nacimiento de una
corriente de agua de donde se puedan sacar acequias para el riego de prados, de
huertos y de saucedales”. (Columela, I, Praef., II).
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