METEORITOS CONTRA LA TIERRA

Ann Hodges (1923-1972) se encontraba el 30 de noviembre de 1954 durmiendo la siesta en el sofá de su casa en Oak Grove, Alabama. En ese momento, un meteorito surcaba el cielo como una bola de fuego y se dividía en tres trozos. Uno de esos trozos perforó finamente el techo de madera de la casa, atravesó las sucesivas capas y estantes de un mueble de madera, rebotó en una radio que estaba en una de las habitaciones y golpeó a Ann, que seguía durmiendo, provocándole un enorme hematoma en la cadera.

El meteorito era una gran piedra crondita ordinaria de unos cuatro kilos de peso. Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos enviaron enseguida un helicóptero que lo recogió. El esposo de Ann, Eugene Hodges, contrató a un abogado y recuperó la piedra.

Cuando empezaron a llegar los beneficios del meteorito, Bertie Guy,la propietaria de la casa, intentó cobrarlas para cubrir los daños sufridos en su casa. Las batallas legales, las muchísimas ofertas de compra y la pérdida de público, hicieron a Ann tomar la decisión de donar el meteorito al Museo de Historia Natural de Alabama.

Ann, fue la primera persona en todo el mundo a la que un meteorito había golpeado. Luego vinieron más casos.

En 1973, cayó un meteorito del tamaño de una pelota de baloncesto en una casona de una aldea a trescientos kilómetros al sur de Moscú. Mató a dos personas. Diez años más tarde volvió a caer otro meteorito en el mismo lugar, matando a otras dos personas. Durante la demolición de la casa para evitar una tercera tragedia, murieron dos ocupantes de la casa. Ambos eran los únicos supervivientes que hubo entre los dos impactos de meteorito.

 En 1992, un pequeño fragmento, unos tres gramos, del meteorito Mbale golpeó a un chico ugandés, antes había sido frenado por un árbol. El golpe no le causo ninguna herida.

Otro caso extraño fue el que le sucedió a Radivoje Lajic, que vivía al norte de la aldea de Gornja Lamovite, en bosnia. Sobre su casa cayeron cinco meteoritos, en apenas seis meses. Ella estaba tan asustada que pensaba que era un objetivo de los extraterrestres. Los científicos confirmaron que todas esas piedras eran verdaderos meteoritos. Creen que puede ser que los campos magnéticos de la casa, tienen que ver con el fenómeno.