20 de junio de 2014

RECETAS MEDICINALES EN LA ANTIGÜEDAD (2)


Contra el lumbago utilizaban; estiércol de golondrina, caca de perro, de niño y de lobo. Se ponían a secar encima de una teja, se soplaban con la boca, se cocían en hidromiel y se hacían gárgaras. Otro remedio era coger una víbora, se le ataba un hilo alrededor del cuello, y se la ahorcaba.

Una araña metida en un saco servía para sanar las convulsiones. Para curar la apendicitis se despellejaba un gato y la piel todavía caliente se aplicaba en el abdomen. La telaraña la utilizaban para parar las hemorragias. Para la fiebre se mataba una gallina, se ponía debajo de un altar de iglesia y una vez terminada la misa se le daba de comer al enfermo. Siete escarabajos hervidos y comidos por el enfermo de pulmonía lo curaban.

El excremento seco de lobo, bien machacado y mezclado con vino, se bebía y se iban los cólicos de inmediato. Las boñigas de vaca y buey, calentadas en las brasas, después se ponían entre unas hojas de col, y eran milagrosas para curar heridas; esas mismas boñigas mezcladas con vinagre curaban la ciática; para las picaduras de avispas eran estupendas.


Los excrementos de cabra mezclados con harina de cebada para los bultos de grasa, ayuda a ablandarlos, mezclados con manteca fresca y heces de aceite de nueces, cura los callos. Los excrementos de oveja tienen propiedades muy parecidas, si se mezcla con vinagre cura los forúnculos.

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