LICORES EN LOS MONASTERIOS

La primera certeza de la elaboración de bebidas alcohólicas se descubrió en un papiro egipcio del año 3500 a. C. Es este papiro se especifica la construcción de una destilería.

 El ron, según parece, proviene de una comunidad de frailes dominicos que se establecieron en la isla de Guadalupe, en las Antillas Francesas. Estos frailes destilaban, sobre el año 1651, un ron llamado “grappe blanche”. Jean Baptiste Labal, superior de la comunidad, se puso enfermo de fiebres de malta y se curó con una infusión de ron de caña y hojas verdes de tabaco.

El licor Bénédictine lo creó, en 1510, el monje benedictino francés, Dom Bernardo Vincelli. Durante la Revolución Francesa, el monasterio donde se fabricaba (Abadía de Fécamp, en Normandía) fue destruido, pero tuvieron la buena idea de salvar la fórmula del licor. En 1863, Alexandre le Grand, empezó a producir el licor con el nombre con el que lo conocemos “Bénédictine”.  

En la Grand Chartreuse, muy cerca de Grenoble (Francia), se empezó a fabricar un licor elaborado con plantas aromáticas de los Alpes, lo llamaron "Chartreuse". Los encargados de su elaboración fueron los monjes Cartujos del Chartreuse de Vauvert, pertenecientes a la orden de San Bruno. La fórmula magistral de este licor les fue entregada en 1605 por el mariscal François Annibal D’Estrées. En 1903, los monjes fueron expulsados de Francia y se  establecieron en Tarragona, continuaron fabricando, el licor, que hasta el año 1929 se llamó “Tarragona”.