31 de mayo de 2013

MOÁIS EN LA ISLA DE PASCUA



En la Isla de Pascua (Valparaíso, Chile) se alzan unos 600 moáis. Se trata de unas estatuas esculpidas en piedra volcánica, que se extraía de la cantera del volcán Rano Raraku. Casi todas miden 4 metros de altura, el moái Paro mide 10 metros y pesa 85 toneladas.

Los ojos los fabricaron con coral la esclerótica (blanco de los ojos), las pupilas son de obsidiana negra.

Se caracterizan por tener la frente aplastada, la barbilla puntiaguda y las orejas alargadas, dos de ellos no la tienen. La mayoría son hombres, algunas son mujeres y se las reconoce por tener pechos.

Algunos de ellos llevan un cilindro de piedra roja colocado en la cabeza, puede representar un sombrero, un tocado o el pelo.

Según las investigaciones, se esculpían directamente en la roca de la cantera. Se excavaban trincheras para ayudar a los canteros a acceder mejor, estos canteros, cincelaban la figura hasta que sólo la espalda unía el moái a la roca.

Para terminar, cortaban la piedra, separándola de la pared y se hacía descender la estatua, ayudados con cuerdas hasta dejarla de pie en las laderas inferiores, donde terminaban de esculpirla. Para todo el proceso utilizaban para esculpir una herramienta llamada toki, que era uno pequeño pico de basalto.

Según los expertos estos moáis representaban a jefes fallecidos o a dioses.

Cuenta la leyenda del lugar que, en el año 474 de nuestra era, 300 hombres, llamados orejas largas, desembarcaron en la isla, después de un largo viaje en barco de 120 días desde el este.

Después de veinte generaciones, los orejas cortas, que eran los indígenas de la polinesia, llegaron y fueron esclavizados por los orejas largas, haciéndolos trabajar en la construcción de las estatuas moáis.


En el siglo XVIII los orejas cortas se sublevaron contra los orejas largas, derrotándolos y haciéndoles desaparecer de la historia.

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