EL ROBO DE NEFERTITI
El 20 de enero de 1913 una expedición de arqueólogos alemanes se llevó el busto de
Nefertiti, hicieron creer a los egipcios que se trataba de una escultura sin
valor de una princesa sin importancia.
La historia es la siguiente: La expedición alemana excavaba
en Tell el-Amarna, un yacimiento que ocultaba la antigua ciudad de Ajetatón,
que fue fundada por el faraón Akenatón, marido de Nefertiti.
Descubrieron el taller de trabajo de un escultor de la Corte
Real, encontraron cincuenta piezas, casi todas sin terminar. Entre ellas, había
un busto policromado, le faltaba el ojo izquierdo, el escultor nunca se lo
llegó a poner. Era el 6 de diciembre de 1912.
Terminado su trabajo, los arqueólogos hicieron un reparto de
todo lo encontrado con las autoridades egipcias. El pacto era que una vez
repartido, los alemanes se llevaban la mitad de lo encontrado y la otra mitad
se quedaban en los fondos del Museo de El Cairo.
La “treta” fue la siguiente; cuando los alemanes catalogaron
las piezas, describieron el busto de Nefertiti como algo sin valor. Los del
Museo se lo creyeron, no se dieron cuenta de la corona azul que identificaba a
la reina, ni tampoco de que estaba hecha de piedra caliza y estuco, no de yeso.
Así fue como la reina Nerfertiti se convirtió en propiedad
alemana. Unos días después voló a Berlín, no ha vuelto a salir de Alemania ni
prestada. Egipto todavía pelea por recuperar a su reina.
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