14 de mayo de 2013

EL ROBO DE NEFERTITI



El 20 de enero de 1913 una expedición  de arqueólogos alemanes se llevó el busto de Nefertiti, hicieron creer a los egipcios que se trataba de una escultura sin valor de una princesa sin importancia.

La historia es la siguiente: La expedición alemana excavaba en Tell el-Amarna, un yacimiento que ocultaba la antigua ciudad de Ajetatón, que fue fundada por el faraón Akenatón, marido de Nefertiti.

Descubrieron el taller de trabajo de un escultor de la Corte Real, encontraron cincuenta piezas, casi todas sin terminar. Entre ellas, había un busto policromado, le faltaba el ojo izquierdo, el escultor nunca se lo llegó a poner. Era el 6 de diciembre de 1912.

Terminado su trabajo, los arqueólogos hicieron un reparto de todo lo encontrado con las autoridades egipcias. El pacto era que una vez repartido, los alemanes se llevaban la mitad de lo encontrado y la otra mitad se quedaban en los fondos del Museo de El Cairo.

La “treta” fue la siguiente; cuando los alemanes catalogaron las piezas, describieron el busto de Nefertiti como algo sin valor. Los del Museo se lo creyeron, no se dieron cuenta de la corona azul que identificaba a la reina, ni tampoco de que estaba hecha de piedra caliza y estuco, no de yeso.

Así fue como la reina Nerfertiti se convirtió en propiedad alemana. Unos días después voló a Berlín, no ha vuelto a salir de Alemania ni prestada. Egipto todavía pelea por recuperar a su reina. 

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