HISTORIAS DE MÉDICOS-6
W. T. Green Morton (1819-1868), dentista, indujo a John Collins Warren (1778-1856), uno de los cirujanos más importante de Norteamérica, a dirigir la primera demostración pública del éter como anestésico general, el 16 de octubre de 1846, en el Hospital General de Massachusetts, en Boston. El procedimiento tuvo mucho éxito. Morton intentó patentar el éter como un descubrimiento suyo con el nombre de “leteo”. No lo consiguió, otros descubrieron antes que él el potencial del éter. Se arruinó por los juicios legales en los que se vio implicado.
Elisabeth Blackwell (1821-1910) fue la primera doctora en medicina norteamericana. Al principio estudio en privado, en 1845, al final, después de muchos rechazos, fue admitida en el Colegio Médico de Geneva, en Geneva, Nueva York. Después de graduarse, fue a Europa para seguir con sus estudios, volviendo a Estados Unidos en 1853 con su hermana Emilia, que también era doctora. Las hermanas enseñaron a enfermeras del Ejército de la Unión durante la Guerra Civil. En 1868, Elizabeth ayudó a fundar el Colegio Médico para mujeres de la Casa de la Salud en Nueva York. En 1869 se trasladó a Inglaterra y pasó el resto de su vida enseñando y trabajando para incrementar las oportunidades en la medicina para las mujeres.
En la India antigua los médicos eran hábiles en una forma de cirugía plástica. Creaban nuevas narices para personas cuya nariz verdadera había sido mutilada, un castigo que se aplicaba con frecuencia por delitos como el adulterio. Los médicos cortaban trozos triangulares de piel de la frente del paciente y cosían el injerto en su sitio. El paciente respiraba a través de cañas huecas puestas en sus fosas nasales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la doctora Emery se estableció en Yoncalla, Oregon, la cual tenía una población de unos 1000 habitantes. Decidió cobrar por sus visitas a domicilio 2 dólares. Treinta años después aún estaba haciendo visitas domiciliarias y todavía cobraba los dos dólares, si el paciente se desplazaba a la consulta cobraba 1 dólar.
Alrededor de un cuarto de litro de sangre de cordero fue inyectada en las venas de un chico que agonizaba, restaurándole temporalmente la salud, era la primera transfusión sanguínea registrada. Se realizó en 1667 por J. B. Denis, médico de Luis XIV de Francia.
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