FILETE CHATEAUBRIAND
François-René, vizconde de Chateaubriand (1768-1848) fue un
diplomático, político, escritor francés considerado el fundador del
romanticismo en la literatura francesa. Además fue un gran gastrónomo.
Era un entusiasta del solomillo de vaca, puesto en bistec,
pero solo quería la parte interior, las dos tapas exteriores no le gustaban por
tostadas. Así se lo explicó a su cocinero, Montmireil; éste después de mucho
pensar, se le ocurrió una genial idea.
Cogió un hermoso solomillo y lo limpió de nervios y piel,
cortó tres trozos en la parte central del solomillo: un trozo soberbio y dos
delgados; bien sazonado el trozo más grueso, lo colocó entre los dos más
delgados, haciendo éstos de tapa. Sujetó todo con unas vueltas de bramante y
colocó en una parrilla sobre un buen fuego de brasas, tostándolo como de
costumbre. Cuando calculó que el trozo de solomillo del medio estaba en su
punto (rosado por igual) tiró las dos tapas y lo sirvió acompañado de patatas
suflés, y para halagar a su amo le dio su nombre: Filete Chateaubriand.
En realidad para cocinar el verdadero filete, según su
primitiva fórmula, hacen falta tres bistecs: dos que se tiran y uno que se
come. En el año 1900, en el restaurante Champeaux, de Paris, cuya especialidad
eran los chateaubriands, éstos costaban tres francos la pieza. Precio desorbitado
para la época.
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