COSAS DE ESCRITORES-7
Johann Wolfang von Goethe, la principal figura literaria de
Alemania, fue también jefe de bomberos, ministro del exterior, director y actor
de teatro, abogado, pintor, comisario de minas, mujeriego de mala fama y hombre
de ciencia. Su descubrimiento, en 1784, del rudimentario hueso intermaxilar en
el hombre fue importante para la teoría de la evolución de Darwin, menos de un
siglo después.
“Tome este manuscrito”, dijo Rudyard Kipling a la enfermera
que había atendido a su primogénito, “y algún día, si necesita dinero podrá
venderlo a buen precio”. Años más tarde, cuando la enfermera tuvo necesidad,
vendió el manuscrito del primer Libro de la Selva, y vivió con comodidad
durante el resto de su vida.
Después de los primeros episodios de Las confesiones del
caballero de industria Félix Crull, el novelista Tomás Mann interrumpió la escritura,
la publicó como un relato corto, y no volvió al tema durante 32 años. Cuando
reanudó el trabajo, exactamente donde lo había dejado, no fue alterada ni una
sola palabra en los fragmentos anteriores, y el resultado, una novela, está tan
bien equilibrado como todas sus otras obras.
Solamente 7 poemas de Emily Dickinson, una de las poetisas
americanas más grandes, fueron publicados durante su vida. Después de su
muerte, en 1886, fueron descubiertos más de 1000 poemas en su mesilla de noche.
Estos fueron publicados posteriormente, pero a menudo después de cambios de palabras
y puntuación por editores demasiado celosos. No apareció una edición definitiva
de sus obras hasta el decenio de 1950.
Émile Zola recibió un cero en literatura francesa y fracasó
en alemán y en retórica en el Liceo San Luis.
Una novela posterior a la Guerra Civil Norteamericana, San
Elmo, escrita por Augusta Juana Evans, fue tan popular, que muchas poblaciones
de los Estados Unidos fueron bautizadas con su nombre en Alabama, Tennessee,
Georgia, California, Colorado, Illinois, Kentucky, Louisiana, Missouri, Nueva York,
Texas y Virginia. Augusta Evans era una gran antifeminista. En todas sus
novelas fue una escritora mercenaria. Era tan superficial que The New York
Times se mofaba de ella.
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