17 de abril de 2019

BARTHÉLEMY JOLY EN LA PROCESIÓN DE VALLADOLID


Barthélemy Joly, consejero y limosnero del rey de Francia, viajó por España entre 1603 y 1604. Acompañaba al abad general del Cister M. Boucherat, que debía visitar los monasterios de su orden. Joly pasó la Semana Santa en Valladolid, sede de la Corte desde 1601.

Visitó la ciudad y observó las celebraciones de esas fechas. Se dio cuenta que las señoras iban a confesarse a pie con un gran cortejo, ya que estaba prohibido ir en coche de caballos en esos días. Lo que más le sorprendió fueron las procesiones de penitentes.

Se refirió al estandarte negro y la cruz que acompañaba a los disciplinantes, así como el atuendo de los penitentes. Le sorprendió el sonido de los latigazos, las lamentaciones de los asistentes y las melodías de las trompetas.

Joly sospechaba que los penitentes de clase alta, desfilaban por vanidad ya que, a pesar de llevar las caras cubiertas, iban acompañados por sus pajes, de manera que todo el mundo sabía quiénes eran.

Joly también asistió al oficio de las tinieblas en la capilla del rey. El altar estaba decorado con tisú de oro y siete candelabros de plata con velas, al lado se encontraba el Santo Sacramento metido en un cofre. Cuando las velas se apagaban, sonaba una música.

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