LA MUERTE DE FELIPE II
La muerte de Felipe II fue muy similar a la de su padre,
Carlos I de España. Se desarrollo de la siguiente manera:
El martes, último día del mes de junio del año 1598, partió
Su Majestad desde Madrid a San Lorenzo el Real, a pesar de las súplicas de los
médicos de cámara para que no hiciese ese viaje, porque creían que enfermaría
gravemente. Cuando llegó a San Lorenzo fue asaltado por unas tercianas, de las
que mejoró un poco a los siete días.
El 22 de julio, miércoles, a media noche, le acometió una
calentura, que le fue repitiendo con una terciana doble, de las que los médicos
llamaban subintrantes, que le sobrevino por haber hecho más ejercicio de lo
ordinario dentro y fuera del monasterio, dos o tres días antes de que cayese
enfermo.
Al séptimo día le apareció una apostema en la rodilla y
muslo derecho, provocándoles un mal absceso que no pudieron curarle y tuvieron
que abrirlo saliendo gran cantidad de suciedad y pus. Treinta días después a
base de caldo de ave y azúcar mejoró.
Al poco tiempo le sobrevino una fiebre héctica (tisis) y un
principio de hidropesía, se le hincharon las piernas, muslos y vientre, el
resto del cuerpo solo era piel y huesos. A todo esto se unió una gota y cuatro
llagas fistulosas que tenía en el dedo índice de la mano derecha y tres en el
del medio de la misma mano, y una en el dedo pulgar del pie derecho.
En sus últimos días, ya no podía escribir ni aguantarse de
pie. De su dolencia final permaneció en cama, echado de espaldas, sin poderse
mover, ni consentían sus dolores el cambio de las ropas, evacuaba en la cama,
viviendo en un lodazal de pus, deposiciones, restos de cataplasmas y ungüentos,
comido de parásitos, etcétera.
La enfermedad duró cincuenta y tres días, durante los
cuales, él estuvo adormecido pero sufriendo por las úlceras por estar siempre acostado y con
una sed impetuosa. A las cinco de la mañana del domingo 13 de septiembre de 1598,
con dos o tres jadeos, murió.
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