SECRETOS MILITARES-3

El lenguaje navajo fue usado, con mucho éxito, como clave por los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

Mata Hari, la bailarina holandesa-javanesa que se convirtió en la espía más famosa de la Primera Guerra Mundial, ordenó que se le hiciera un traje especial para la ocasión… su ejecución por un pelotón francés de fusilamiento. También se puso unos guantes blancos nuevos.

Durante la Primera Guerra Mundial, uno de los novelistas más grandes de Inglaterra, W. Somerset Maugham, trabajó en todo el mundo para el servicio secreto británico. Fue agente en el Pacífico Meridional, en América y en Suiza. Fue a Rusia para persuadir al gobierno ruso que continuara la guerra contra Alemania.

Desde siempre se han utilizado claves y códigos, pero la fórmula para descifrarlos han sido desarrollados en tiempos modernos. Uno de los primeros criptoanalistas fue un matemático francés, Francisco Vieta (1540-1603). Descifró el código que estaba usando Felipe II de España. Felipe, quien se encontraba en guerra con Francia, no podía entender cómo estaban filtrándose sus secretos al enemigo, y acusó a los franceses de hechicería. Llevó la acusación hasta el Papa.

Los aliados tuvieron conocimiento de los planos detallados de fortificaciones alemanas a lo largo de la costa de Francia a finales de 1943, 7 meses antes que invadiesen Normandía, y de las bases súper secretas de cohetes de Peenemude y Friedrichshafen. El secreto de los aliados fue que habían descifrado la clave japonesa, y pudieron interpretar el contenido de un mensaje de 30 páginas trasmitido a Tokio por el embajador japonés Hiroshi Oshima, después de haber recorrido las fortificaciones defensivas de los alemanes.

William Penn, el pacifista cuáquero, hijo de un combatiente renombrado, el almirante William Penn. El almirante participó, junto a Cromwell, en batallas contra los holandeses y los españoles, ayudó a ocupar Jamaica, y fue ennoblecido por respaldar la Restauración de Carlos II. El almirante jamás pudo convencer a su hijo que el pacifismo no tenía sentido, y las creencias del hijo tampoco afectaron al padre.

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