3 de diciembre de 2017

HISTORIAS DE REYES (5)


El padre de Federico II el Grande, Federico Guillermo I, tenía una compañía de guardia privada, los Granaderos de Postdam. Compraba o secuestraba a hombres altos, de más de 2,10 metros de estatura, para incorporaros a los Granaderos. Hacía que estos hombres gigantes se casaran con mujeres también gigantescas, para poder criar gigantes.

El reinado más largo de la historia fue el de Pepi II, ascendió al trono de Egipto en el año 2772 a. C., y reinó durante 90 años, lo que quiere decir que debía ser muy niño cuando ascendió al trono. Dos años antes de su muerte, en 2182 entró en declive.

El zar Nicolás II pensó en la construcción de una cerca eléctrica alrededor de Rusia, y se interesó en construir un puente a través del Estrecho de Bering.

El emperador del Sacro Imperio Romano, Carlos V, decía: “Hablo en español con Dios, en italiano a las mujeres, en francés a los hombres y en alemán a mi caballo.

Carlomagno, el emperador de los francos, nunca aprendió a escribir, aunque practicó en tablillas, reconoció que no podía dominar esa habilidad. Sin embargo, aprendió a leer. Se adelantó a casi todos los gobernantes de su época, quienes consideraban que esas habilidades estaban por debajo de su dignidad y las dejaban para el pueblo y los monjes.

Durante 20 siglos después del asesinato de Julio César, su nombre sobrevivió entre los gobernantes del mundo. En tiempos modernos, los emperadores de Alemania y Austria-Hungría eran llamados Käiser, la escritura alemana del latín caesar. La palabra rusa zar, tsar o czar también es una forma de césar. Hasta hace poco más de 30 años, Bulgaria era gobernada por el zar Simeón II, y hasta 1947, los emperadores británicos de la India llevaban el nombre de Käiser-i-Hind.

Pedro el Grande odiaba el Kremlin, donde cuando era niño, había presenciado la tortura y muerte brutal de la familia de su madre. Cuando construyó su capital en San Petersburgo, prohibió incluso la más leve reparación de los edificios de piedra de Moscú, asegurando que todos los albañiles eran necesarios en la nueva ciudad.

Pipino el Breve, rey de los francos, padre de Carlomagno y un guerrero muy poderoso, era muy bajo de estatura: 1,37 m. Llevaba una espada de 1,83 m de largo. Su esposa, en cambio, era conocida como Berta la del gran pie.

El sha de Persia, en 1889, era considerado un huésped muy pesado. En un viaje a Londres, trato de comprar a la Marquesa de Londonderry. Durante la misma visita, cuando estaba en un salón repleto de invitados, con el Príncipe de Gales, le preguntó si las mujeres presentes eran sus esposas y le sugirió que las hiciera decapitar y buscara otras más bonitas.

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