DIEZ Y ONCE
Diez
Para los pitagóricos, el diez era el número que resultaba de la suma de la llamada “Tetrakis”, que es el resultado obtenido de la suma 1+2+3+4. Lo mismo pasaba con los dedos de las manos, que también suman diez, por eso se relaciona con lo mítico y lo misterioso. El diez como cifra simbólica se encuentra presente en muchas culturas y pueblos de la antigüedad.
Entre los antiguos griegos, se tenía al número diez como detentado de un significado relacionado con las cualidades más poderosas de la naturaleza. En este número se encontraba contenida toda la perfección posible a la que los seres humanos aspiraban. Era, además, el germen de todo origen; principio y raíz de donde nacía toda criatura. Todo proviene del diez y retorna a él. Es el símbolo de la totalidad y de la perfección.
Once
Es uno de los números considerados como sagrado por numerosos pueblos. Entre ciertas tribus africanas, se asocia al once con todo aquello relacionado con el ocultismo y los métodos adivinatorios. Tenía mucho que ver con los tiempos de la fertilidad y el parto. En ese sentido, el recién nacido recibirá las once clases de energía mediante las que podrá afrontar toda clase de dificultades y conflictos, los cuales, se encuentran por el sendero de la vida.
Es una cifra considerada favorable por la mayoría de los grupos y sectas. La consideración que las logias masónicas hacen al número once, que según estas sociedades secretas, el once adquiere un significado ritual muy importante, el cual consiste en clavar once enseñas en el recipiente donde se coloca el grano para sembrar. Según los masones, se recuerda la unión de quienes han fundado las diferentes logias ateniéndose a un mismo y único pensamiento.
El número once aparece como una especie de clave secreta en la obra de Dante, la Divina Comedia, en la cual se intenta explicar la relación ente la inmanencia y la trascendencia, o entre el mundo de lo más cercano y el mundo lejano, entre el microcosmos y el macrocosmos.
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