SARRACENOS

El Mediterráneo occidental fue escenario, durante el siglo IX y parte del X, de la piratería sarracena. Aunque los sarracenos eran de religión musulmana y las bases de donde partían se encontraran en tierras islámicas, no había en la piratería ningún propósito de afán espiritual. Las andanzas de estos marinos-corsarios, organizados en pequeñas bandas y prácticamente independientes de los poderes establecidos, no buscaban la propagación de la fe islámica, sino única y exclusivamente la obtención de botín y esclavos.

Sus puntos de partida se encontraban en el Norte de África, pronto se incorporó la costa mediterránea de al-Andalus. Los primeros ataques tuvieron lugar en el año 806, continuando con gran intensidad en el transcurso del siglo IX. Acción de los piratas sarracenos experimentó un gran aumento cualitativo a partir del año 827. No solo confiscaron las islas de Sicilia y Creta, sino que progresaron en el Sur de Italia, ocupando, entre los años 840 y 841 las ciudades de Bari y Tarento.

En el 846 se presentaron a las puertas de Roma, saqueando diversos arrabales de la antigua capital imperial. Al mismo tiempo, efectuaron diversas incursiones por tierras provenzales, atacando entre otras, Marsella y Arlés. Especialista en saqueos de las costas, los sarracenos demostraron sus excepcionales condiciones bélicas en tierras interiores e incluso en las regiones montañosas en que actuaron: Apeninos y Alpes. El único obstáculo que se interpuso a su expansión fue el Imperio Bizantino. En 871 los griegos recuperaron Bari y el 880, Tarento. En el oeste los sarracenos camparon a sus anchas durante mucho tiempo.

A finales del siglo IX establecieron en tierras del condado de Frejus la base de Fraxinetum (cerca de la actual Saint-Tropez), desde la cual amenazaban una y otra vez a las ciudades de la costa de Provenza. Fraxinetum permaneció en poder musulmán hasta el año 972. La piratería sarracena obtuvo importantes ventajas del aislamiento en que se encontraban las islas del Mediterráneo occidental, como las Baleares, ocupadas por ella a principios del siglo X.