CHUNG LING SOO, EL CHINO QUE NO LO ERA
Durante más de veinte años, Chung Ling Soo se hizo pasar por un mago chino. Para llevar a cabo sus números de magia oriental, montó un espectáculo sensacional en Londres con un éxito colosal.
En realidad el chino, no era chino, ni se llamaba Chun Ling Soo, su verdadero identidad era William Ellsworth Robinson y había nacido en Brooklyn en el año 1861. William o Chung, hizo su papel de chino estupendamente: nunca hablaba en público sin la ayuda de un intérprete y solo sus amigos y algún que otro mago conocían la verdad de su doble identidad.
Su número más aclamado era el llamado “Condenado a muerte por los Boxers”, también conocido como “La bala atrapada”. Consistía en que un arma cargada con una bala marcada disparaba hacia él. Ching simulaba recibir el balazo, e inmediatamente escupía la bala que supuestamente había cogido con los dientes sobre un plato, para que el público comprobara que en realidad era la bala marcada.
Todo le fue a la perfección hasta la noche del 23 de marzo de 1918, cuando el truco terminó en tragedia. Chung sostenía el plato de porcelana contra su pecho esperando la detonación. Dispararon el arma y Chung fue alcanzado en el pecho. En un perfecto inglés exclamó: “¡Oh Dios mío. Algo ha pasado. Bajad el telón!” .
Fue la primera vez en veinte años que Chung Ling Soo habló en inglés en público. Aunque también fue la última. Al día siguiente murió.
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