RETRATO PERSONAL DE FELIPE IV
Felipe IV de España (1605-1665), llamado el Grande, fue rey
de España y de Portugal. Era hijo de Felipe III de España y de Margarita de
Austria-Estiria. Se casó con Mariana de Austria y con Isabel de Borbón. Tuvo 13
hijos de sus dos matrimonios, y de 30 a 60 bastardos de sus muchos amoríos.
Felipe IV era sensible, tímido, inteligente, buen
deportista, apasionado por la caza, de voluntad débil, muy religioso, mantenía
siempre y bajo cualquier circunstancia, un rostro serio e inalterable. Cuando
hablaba no cambiaba de sitio ni de postura. Recibía, escuchaba y respondía con
el mismo rostro. En todo su cuerpo el único movimiento visible era el de los labios
y el de la lengua. Su mirada era fría y sin expresión, los que tenía alrededor
temblaban con una sola mirada suya.
Su vida era muy monótona, sus ocupaciones eran siempre las
mismas, se repetían día tras día sin ninguna cambio. Después de levantare y
despachar sus asuntos de Estado, recibía audiencias, oía misa y comía; el resto
del día lo dedicaba a sus entretenimientos favoritos. Uno de esas aficiones era
encerrarse completamente solo en el panteón familiar de El Escorial, una vez en
la cripta, rezaba delante del nicho vacío en el que lo enterrarían cuando
muriese (una vez hizo sacar los restos de Carlos V, su bisabuelo, para rezar
delante de ellos).
Su forma de vestir también era muy aburrida. Para cada día
utilizaba un jubón de muletón marrón, ceñido en la cintura, con mangas
variadas. Para las grandes ocasiones se vestía de seda y terciopelo negro, y
llevaba al cuello una cadena ligera y el cordón del Toisón de Oro. Siempre
llevaba la golilla (cuello acartonado, almidonado). Cuando salía sobre el jubón
llevaba una capa envolvente también marrón. Los sombreros eran de fieltro o
seda, adornados con lentejuelas negras. Los zapatos los ataba con unos cordones
muy largos. Todo esto se complementaba con unos grandiosos anteojos redondos,
engarzados en una montura de cuerno.
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