EL CADÁVER DESAPARECIDO DE ALEJANDRO I DE RUSIA
Alejandro I (1777-1825), el zar de todas las Rusias, desapareció después de muerto. Se supone que murió y que le enterraron. Pero realmente nunca se demostró que hubiera muerto, cuenta la leyenda que fingió su muerte y pusieron en su lugar otro cadáver. El sarcófago que se visita en la cripta de los zares en San Petersburgo, está vacío.
Alejandro I murió a los cuarenta y ocho años, en su palacio de Taganrog, ciudad costera al sur de Rusia. Estaba deprimido porque nunca superó haber participado en un trama que se le fue de las manos y terminó con el asesinato de su padre, el zar Pablo I. se dijo que murió de paludismo, la autopsia que se le practicó parece que era falsa, ya que los médicos que la firmaban, confesaron años después que ellos no la hicieron.
Cuentan que Alejandro I, quería suicidarse, por eso ordenó que su cadáver fuera suplantado por otro que se le pareciese. Se expuso un cuerpo, parecido en altura, pero con la cara deformada, todo el mundo se lo creyó.
Once años después de su muerte, pillaron en las llanuras de Siberia a un ermitaño muy refinado y culto, que daba datos que eran imposibles de saber si no se estaba al tanto de las interioridades políticas. Se empezó a sospechar que ese hombre era el zar. Algunas personas incluso lo reconocieron.
Para acabar con la leyenda, años después, el zar Alejandro III, decidió ordenar abrir el féretro de su antepasado. Estaba vacío. En 1926 se abrió el sarcófago de nuevo, y nada, no había nadie dentro. Así que es todo un misterio el paradero de Alejandro I.
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