FABRICACIÓN DE UN AMULETO EN LA ANTIGÜEDAD
Según los magos de la antigüedad para obtener buenos
amuletos, es necesario conocer en primer lugar las diferentes maneras de
fabricarlos.
Entre los árabes, la más usada era la que empleaba el sabio
Alaka Bajamet Alaja que vivía en la Meca. Este famoso mago estaba incesantemente
al pie del altar de las ofrendas, sentado sobre una alfombra, siguiendo la
costumbre utilizada por ellos.
Allí bajo los augurios y la ayuda del gran sacerdote
Mahometalit, escribía y grababa los amuletos, los cuales formaba sobre un trozo
de pergamino virgen, tomado de la piel de un corderito blanco.
La tinta que usaba en los signos y dibujos, era preparada
con sangre que extraía de las venas de las vírgenes sacerdotisas, a la que añadía
salvia de plantas sagradas y tinta mineral. Esta tinta mineral se hacía con una
disolución de los siete metales que tienen la influencia y representación de
los siete planetas.
Una vez grabadas y dibujados con los signos cabalísticos, se
les perfumaba y colocaba sobre el altar de los siete sacrificios. Luego se
doblaban en cuatro trozos y se envolvían en un papel blanco que contenía algunos
versículos del Corán escritos en árabe.
A todo esto se añadía una medalla, pasada antes por el fuego
del sacrificio, con signos cabalísticos y se colocaba todo sobre una pequeña
bolsita de seda roja. Luego se perfumaba con las plantas sagradas y olorosas,
destinadas al profeta.
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