LA MUERTE DEL DOCTOR LIVINGSTONE
David Livingstone (1813-1873) se convirtió en uno de los
exploradores de África más famosos de la Edad Moderna. Descubrió, el río
Zambeze y las Cataratas Victoria, además lucho contra el comercio de esclavos. Los
africanos lo querían muchísimo, tanto que se quedaron con su corazón cuando
murió.
Su muerte se produjo el 1 de mayo de 1873 en un pequeño
poblado del lago Bangweulu, en Zambia, la causa fue la malaria y una hemorragia
interna provocada por disentería.
Su fiel ayudante, su gran amigo africano, Jacob, fue quien
extrajo el corazón de Livingstone, lo guardó en una caja de hierro y lo enterró
al pie de un árbol en Zambia.
Para que el cadáver aguantara el largo viaje de regreso a
Inglaterra lo conservaron en sal. Livingstone recorrió mil seiscientos
kilómetros por tierras africanas llevado a hombros por sus amigos africanos.
El traslado duró once meses, los porteadores del cadáver no se
acobardaron en ningún momento. Aguantaron agresiones, amenazas, saqueos. Defendieron
el cadáver con su vida hasta que llegaron a Bagamoyo en la costa del Índico,
donde lo recibieron unos mil esclavos liberados.
El cadáver del doctor Livingstone fue trasladado a
Inglaterra. Casi un año después de su muerte fue enterrado en la abadía de
Westminster, en Londres. Su corazón se quedó en África.
En su tumba se puede leer: “Traído por manos fieles, por
tierra y por mar, aquí descansa David Livingstone”.
Como curiosidad, la famosa frase: “Doctor Livingstone,
supongo”, viene de cuando durante varios años no se supo nada de él, el periódico
New York Herald organizó una expedición para buscarlo, al mando iba Henry
Stanley. En 1871, encontró a Livingstone en el lago Tanganica, En el momento de encontrarlo Stanley pronunció la frase.
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