ORFEO Y EURÍDICE
Cuenta la leyenda, que el día de la boda de Orfeo con la ninfa Eurídice, ésta se vio perseguida por un viejo pretendiente, el pastor Aristeo, con la intención de violarla. Ella huyó, y en su huida sufrió la picadura de una víbora y murió.
En su desesperación Orfeo decidió arriesgarse a ir al inframundo para, con el argumento del amor más puro, tratar de convencer a Hades, señor de los muertos, para que le devolviese a su esposa.
Una vez allí, gracias a su canto, logró convencer al barquero de las almas, Caronte, para que le llevase a la orilla de la laguna Estigia. Con su canto, también convenció a Cerbero, el terrible perro que guarda el infierno.
Pero sobre todo Orfeo, logró convencer a Hades y su esposa Perséfone, los dioses de los mundos de ultratumba, que le permitieron llevarse a Eurídice, con la condición de que él no debería volver la vista atrás para mirar a su esposa hasta haber salido de los valles del Averno.
Los dos subieron a la superficie y cuando ya se veían los rayos del sol, Orfeo ansioso por ver si su esposa le seguía, giró la vista. Al romper la promesa de la única condición que le habían impuesto, Orfeo sólo alcanzó a ver como Eurídice desaparecía, esta vez para siempre.
En su desesperación Orfeo decidió arriesgarse a ir al inframundo para, con el argumento del amor más puro, tratar de convencer a Hades, señor de los muertos, para que le devolviese a su esposa.
Una vez allí, gracias a su canto, logró convencer al barquero de las almas, Caronte, para que le llevase a la orilla de la laguna Estigia. Con su canto, también convenció a Cerbero, el terrible perro que guarda el infierno.
Pero sobre todo Orfeo, logró convencer a Hades y su esposa Perséfone, los dioses de los mundos de ultratumba, que le permitieron llevarse a Eurídice, con la condición de que él no debería volver la vista atrás para mirar a su esposa hasta haber salido de los valles del Averno.
Los dos subieron a la superficie y cuando ya se veían los rayos del sol, Orfeo ansioso por ver si su esposa le seguía, giró la vista. Al romper la promesa de la única condición que le habían impuesto, Orfeo sólo alcanzó a ver como Eurídice desaparecía, esta vez para siempre.
6 comentarios :
Me ha gustado mucho el cuaderno
a google Reader
enhorabuena ¡¡¡¡¡
Bien montado, bien redactado.....
Preciosa historia. pero mucha peba al final pobrecillo.
Un beso, Ross
José muchas gracias por tu visita y tu comentario.
Un beso.
Rosscanaria, es verdad que el final es un poco triste, pero eso es lo que a veces tienen las bonitas historias, que no siempre acaban bien.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Un beso.
Estas historias siempre acaban mal :( joer
jelens, es verdad, o al convertirse en leyendas las hacen terminar fatal.
Un beso.
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