6 de febrero de 2009

SETI I


Seti I tenía unos treinta años cuando accedió al trono de Egipto. Su esposa, Tuy, descendiente también de militares de alta graduación (su padre era Teniente General de la caballería), fue la madre del futuro Ramsés II.

El nuevo faraón era un valiente guerrero, un administrador sabio y un ferviente interlocutor de los dioses, a los que sabía consagrar monumentos de una belleza extraordinaria, como se puede comprobar en el Templo de Abido.

En ese santuario no sólo se honraba a los dioses, sino también a los ancestros, bajo la forma de una lista selectiva en la que figuraban los reyes de Egipto desde el fundador de la Dinastía I hasta el faraón en el trono.

Fiel al dios de sus orígenes, Set del delta oriental, Seti I mandó restaurar el Templo de Avaris e inició en sus inmediaciones la construcción de un suntuoso palacio, que se convertiría en la primera piedra de una ciudad nueva, Pi-Rameses, que su hijo Ramsés II transformaría en capital.

La actividad arquitectónica de Seti I se manifestó en la región tebana, en Gurna mandó edificar, en la orilla occidental del Nilo, su templo funerario, cavar y decorar su inmensa y magnifica tumba en el Valle de los Reyes.

Continuó con la construcción de la sala hipóstila del Templo de Karnak, y dejó su huella en Menfis y Heliópolis. En Nubia, en el Medio Egipto, en el Sinai y en Uadi Hammamat (al este de Coptos). Seti I murió a los 40 años, después de unos 11 años de reinado. En ese momento Ramsés II tenía unos 25 años.

FOTO: MOMIA DE SETI I

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