SETI I

El nuevo faraón era un valiente guerrero, un administrador sabio y un ferviente interlocutor de los dioses, a los que sabía consagrar monumentos de una belleza extraordinaria, como se puede comprobar en el Templo de Abido.
En ese santuario no sólo se honraba a los dioses, sino también a los ancestros, bajo la forma de una lista selectiva en la que figuraban los reyes de Egipto desde el fundador de la Dinastía I hasta el faraón en el trono.
Fiel al dios de sus orígenes, Set del delta oriental, Seti I mandó restaurar el Templo de Avaris e inició en sus inmediaciones la construcción de un suntuoso palacio, que se convertiría en la primera piedra de una ciudad nueva, Pi-Rameses, que su hijo Ramsés II transformaría en capital.
La actividad arquitectónica de Seti I se manifestó en la región tebana, en Gurna mandó edificar, en la orilla occidental del Nilo, su templo funerario, cavar y decorar su inmensa y magnifica tumba en el Valle de los Reyes.
Continuó con la construcción de la sala hipóstila del Templo de Karnak, y dejó su huella en Menfis y Heliópolis. En Nubia, en el Medio Egipto, en el Sinai y en Uadi Hammamat (al este de Coptos). Seti I murió a los 40 años, después de unos 11 años de reinado. En ese momento Ramsés II tenía unos 25 años.
FOTO: MOMIA DE SETI I
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