LA MUJER ETRUSCA
Una de las singularidades de la civilización etrusca es la condición de igualdad con el hombre. Mientras que las mujeres griegas y romanas permanecían recluidas y mantenían una posición secundaria frente a los hombres, las etruscas participaban en los banquetes junto a sus esposos y asistían a los juegos mezclándose con espectadores masculinos.
Esto fue un motivo de escándalo para los escritores griegos, que convirtieron este tipo de conducta en una muestra más de la depravación moral etrusca.
Según decía Teopompo, un historiador del siglo del siglo IV a.C. “Las mujeres etruscas no sólo compartían mesa con su marido sino con cualquiera de los hombres que estuvieran presentes en el banquete, llegando hasta a emborracharse y prolongar sus atenciones más allá de lo debido, con la inevitable consecuencia de que nacían niños, de los que se ignoraba quién era el padre”.
La realidad era otra. La mujer desempeñaba un papel importante dentro de la sociedad. Tenía derecho a un nombre completo, lo que significaba que no pertenecía al marido ni a ningún miembro varón de la familia, podía ser dueña de esclavos, casarse sin autorización masculina, y tener bienes y administrarlos a su voluntad, también tenía el mismo tratamiento funerario que el hombre.
Esto fue un motivo de escándalo para los escritores griegos, que convirtieron este tipo de conducta en una muestra más de la depravación moral etrusca.
Según decía Teopompo, un historiador del siglo del siglo IV a.C. “Las mujeres etruscas no sólo compartían mesa con su marido sino con cualquiera de los hombres que estuvieran presentes en el banquete, llegando hasta a emborracharse y prolongar sus atenciones más allá de lo debido, con la inevitable consecuencia de que nacían niños, de los que se ignoraba quién era el padre”.
La realidad era otra. La mujer desempeñaba un papel importante dentro de la sociedad. Tenía derecho a un nombre completo, lo que significaba que no pertenecía al marido ni a ningún miembro varón de la familia, podía ser dueña de esclavos, casarse sin autorización masculina, y tener bienes y administrarlos a su voluntad, también tenía el mismo tratamiento funerario que el hombre.
En caso de fallecimiento del esposo, era ella la que se encargaba de administrar las riquezas (si las había) y velar por la continuidad de la familia.
4 comentarios :
Hola Ana,
Me alegra de saber que en ciertas sociedades de la Antiguedad la mujer gozaba ya independencia y hacía valer sus derechos! Incluso muchas más que algunas culturas actuales!
Besos,
Caroline
Caroline, pero estaban muy mal vistas y no duró mucho esa libertad.
Un beso.
Una vez más en la historia, una sociedad simplemente denostando a otra que no comprendía.
Me gusta mucho tu blog.
Un beso.
Marcela siempre es igual avanzamos un paso y retrocedemos otro.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Un beso.
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