LAS AGUAS AMARGAS

La acusada debía ingerir un brebaje preparado por el sacerdote y en el que diluía, en agua consagrada y mezclada con tierra del sueño del tabernáculo, un papel con estas maldiciones:
“Si no ha dormido contigo ninguno y si no te has descarriado, contaminándote y siendo infiel a tu marido, indemne seas del agua amarga de la maldición, pero si te has descarriado y fuiste infiel a tu marido, contaminándote y durmiendo con otro, hágate Yahvé maldición y execración en medio de tu pueblo y séquense tus muslos e hínchese tu vientre, entre esta agua de maldición en tus entrañas para hacer que tu vientre se hinche y se pudran tus muslos”.
En la Edad Media la práctica de las aguas amargas, aparece documentada en el mundo cristiano. En ibias (Asturias), para juzgar a las presuntas adúlteras se mezclaba el agua bendita con el polvo obtenido tras raspar el altar de la iglesia.
2 comentarios :
Probablemente estas cosas funcionaban por el sentimiento de culpa. Ante el temor a la maldición quizás las culpables confesaban. Quién sabe...
Muy interesante. Beso.
Marcela seguro que estaban atemorizadas por si se las descubría y debían "cantar", a lo mejor hasta alguna tenía esos sistomas de muslos secos y vientre hinchado, quién sabe.
Un beso.
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