DECLARACIÓN DE INOCENCIA ANTE EL GRAN DIOS
Declaración de inocencia ante el Gran Dios:
No maté.
No di orden de matar.
No causé dolor a nadie.
No disminuí las ofrendas alimentarias de los templos.
No mancillé los panes de los dioses.
No robé las tortas de los bienaventurados.
No fui pederasta.
No forniqué en los santos lugares del dios de mi ciudad.
No robé con la medida de áridos.
No disminuí la arura.
No hice trampa con las tierras.
No añadí (peso) al peso de la balanza.
No arrebaté la leche de la boca de los niños.
No privé al ganado de sus pastos.
No cacé pájaros en el coto de los dioses.
No pesqué peces en sus lagunas.
No retuve el agua en su estación.
No opuse al agua corriente ningún dique.
No apagué nunca un fuego en su quema.
No pasé por alto los días de las ofrendas de carne.
No quité ganado (destinado) a la comida del dios.
No me opuse a (ningún) dios en sus salidas procesionales.
¡Soy puro, soy puro, soy puro, soy puro!. Mi pureza es la pureza del gran fénix que está en Heracleópolis, porque soy la nariz misma del Señor de los vientos que hace que todos los hombres vivan en el día de la Plenitud del Ojo en Heliópolis, el último día del segundo mes del invierno en presencia del Señor del país (y) soy uno de los que han visto la Plenitud del Ojo en Heliópolis. No me alcanzará (ningún) mal en este país, en esta sala de las Dos Maat, porque conozco el nombre de los dioses que están allí.
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