LA BATALLA DE ÉCNOMO

En el año 256 a.C. los romanos decidieron intentar el asalto al norte de África. Para ello organizaron una escuadra de 300 “naves largas punteadas” con un equipo de 300 remeros y 120 soldados, por nave.

Lo mandaban dos cónsules, Atilio Régulo y Lucio Manlio, que organizaron la expedición en tres escuadrones.
Los escuadrones I y II estaban controlados cada uno por un cónsul, la nave de transporte detrás de ellos y el tercer escuadrón en la retaguardia.
Todos ellos colocados en forma de cuña.
Mientras bordeaban la costa sureste de Sicilia, a la altura del monte Ecnomo (entre Gela y Agrigento), les salió al paso la escuadra cartaginesa con un número de naves y hombres similar.

Sus almirantes Hannón y Amilcar dispusieron las tres cuartas partes de su flota en hilera de una sola nave de fondo, extendieron su flanco derecho hacia alta mar con la idea de rodear al adversario.

La cuarta parte la colocaron a la izquierda de toda la formación, orientada en sentido oblicuo a la costa.

Los cartagineses consiguieron romper la formación romana y arrinconar al grueso de la flota contra la costa, sin atreverse a darle el golpe de gracia por temor a los “cuervos”, las poderosas pasarelas de abordaje romanas.

Esto dio lugar a una rápida reacción de los generales romanos, que rompieron el asedio y ganaron la batalla.

Esta batalla fue la mayor batalla naval de la antigüedad.