ERROR EN LA BOLSA DE TOKIO

El 8 de diciembre de 2005, al empezar la jornada en la Bolsa de Tokio, un corredor de valores de la empresa Mizuko Securities Company, cumpliendo órdenes de uno de sus clientes, se sentó delante de su ordenador y completó una oferta de venta de una acción de J-Com por un valor de seiscientos diez mil yenes.

Eso creyó él que había hecho. En realidad, se equivocó al teclear y lo que mandó fue una orden de venta de seiscientas diez mil acciones a un yen cada una.

Al darse cuenta de su equivocación, ya que suponía poner a la venta más de cuarenta y dos veces el número de acciones en su cartera, trató de cancelar la operación, pero varios errores inoportunos en el sistema informático lo impidieron. Las pérdidas fueron de trescientos treinta millones de dólares, que pagó su empresa y, circunstancialmente por la Bolsa de Tokio.

Como consecuencia de este error, doce días después, el 20 de diciembre de 2005, el presidente de la Bolsa de Tokio, Takuo Tsurushima, dimitió, junto con dos de sus principales colaboradores. El resto de empleados se redujo un 10% de manera voluntaria el sueldo durante tres meses.