DINERO, FINANZAS, ECONOMÍA-2
Andrés Carnegie, una de las personas más ricas que ha existido, se hizo alérgico al dinero a medida que crecía su riqueza. Decía que le ofendía su simple vista y el contacto con él, y nunca lo llevaba encima, Carnegie fue obligado a bajar de un tranvía en Londres, porque no llevaba con él dinero para pagar el billete.
Las mujeres, igual que los hombres, administraban granjas en las colonias americanas, y algunas de ellas amasaron así una fortuna. El índigo, un tinte azul, fue una fuente importante de prosperidad para Carolina Meridional. Fue introducido en la colonia por Eliza Lucas Pinckey, de 21 años de edad, cuando administraba la granja de su padre. Semillas de su primera cosecha con éxito, en 1744, fueron distribuidos a otros agricultores, y tres años después, Carolina del Sur exportó casi 4535 kilos de índigo a Inglaterra.
La Compañía Telegráfica Western Union tuvo la oportunidad de comprar en 100 000 dólares los derechos de la invención del teléfono pero declinó hacerlo. En 1881, después de haber inventado el teléfono, Alejandro Graham Bell había vendido casi todas las acciones del capital que tenía en la empresa que formó, sin entender jamás lo provechosas que serían.
El oro de Klondike no fue la única forma de enriquecerse en Dawson, en el territorio de Yukon de Canadá en 1898. Empresarios que vendían leche a 16 dólares el galón, huevos a 3 dólares la docena, mantequilla a 3 dólares la libra y cebollas a 1,50 dólares cada una, también se enriquecieron. En comparación, un buen alimento costaba en San Francisco 0, 25 dólares.
Eli Whitney, famoso por haber inventado la desmotadora de algodón, en 1793, no ganó dinero con ello porque no la había patentado.
La principal meta en la vida de Joseph F. Kennedy era convertirse en millonario. El padre del presidente John F. Kennedy alcanzó su objetivo cuando tenía 30 años, y continuó enriqueciéndose, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Estados Unidos.
Sin dinero para hacer negocios, la población de Tenino, Washington, emitió dinero de madera en 1932. Había denominaciones de 25 y 5º centavos y 1 dólar, impresas en madera contrachapada de abeto Sitks. No había monedas.
La construcción de la línea de metro más nueva de Nueva York costó 100 000 dólares por pie (0,3048 metros), más de 500 000 000 de dólares cada milla (1,609) metros.
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