PINTORES Y SUS PINTURAS-2
Hans van Meegeren, el falsificador de pinturas de Vermeer,
podría no haber sido descubierto jamás si no hubiera vendido una al jefe nazi,
Hermann Goering. El gobierno holandés de posguerra, suponiendo que la pintura
era un Vermeer auténtico, procesó a Hans van Meegeren por enviar un tesoro
nacional fuera del país. El artista confesó el fraude, y lo demostró pintando
otro Vermeer para un jurado de críticos de arte.
La falsificadora de arte Madame Claude Latour era tan hábil
que algunas de sus vidas pinturas de calles y suburbios de París, al estilo de
Maurice Utrillo engañaron al propio Utrillo. El pintor confesó que muchas veces
no estaba seguro de cuáles eran suyas y cuáles de Latour.
Claude Monet trabajaba en los campos de los acantilados en
Etretat sobre cinco o seis pinturas a la vez. A medida que cambiaba el tiempo,
pasaba de una tela a otra.
La pintura más grande del mundo es la Batalla de Gettysburg,
pintada en 1883 por Paul Philippoteaux y 16 ayudantes, quienes trabajaron durante
dos años y medio. Mide 125 metros de longitud por 21 metros de altura, y pesa
5349 kilos. En 1962, la pintura fue comprada por Joe King, de Winston, Salem,
Carolina del Norte.
En el siglo XIX, el pintor francés Jean Géricault estudió
hombres agonizantes en un hospital, se afeitó la cabeza y se encerró con
despojos humanos en el depósito de cadáveres. Esta fue su manera de llevar al
extremo el espíritu del realismo social cuando estaba trabajando en su obra
maestra, La balsa de la Medusa. Se había inspirado en un desastre marino en el
cual 149 pasajeros de un barco hundido terminaron flotando en una balsa en el
mar. Su Balsa provocó protestas furiosas de los miembros de la escuela clásica.
La pintora suiza Angélica Kauffman ya era famosa a la edad de
once años. Murió a los 67, habiendo pintado toda su vida. Sus retratos y sus
pinturas históricas se pueden ver en casi todos los grandes museos de Europa.
Le Bateau, de Henri Matisse, estuvo expuesto durante 47
días, en 1961, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, antes que alguien
notara que estaba boca abajo. Habían pasado frente a la pintura alrededor de
116 000 personas antes que se diesen cuenta del error,
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