ETERNA JUVENTUD
Pedro Mártir de Anglería popularizó la leyenda americana de la eterna juventud. Sobre ello cuenta en uno de sus libros:
“A la distancia de 325 leguas de La Española cuentan que hay una isla, los que la exploraron en lo interior, que se llama Boyaca, alias Ananeo, la cual tiene una fuente tan notable que bebiendo de su agua rejuvenecen los viejos.
Y no piense Vuestra beatitud que esto lo dicen de broma o con ligereza, tan formalmente se han atrevido a extender esto por toda la corta, que todo el pueblo y no pocos de los que la virtud o la fortuna distingue del pueblo y no pocos de los que la virtud o la fortuna distingue del pueblo lo tienen por verdad. Pero si Vuestra Santidad me pregunta mi parecer, responderé que yo no concedo tanto poder a la naturaleza madre de las cosas y entiendo que Dios se ha reservado esta prerrogativa”.
También fue muy buscado el árbol de la inmortalidad llamado palo santo y guayacán, cuya madera servía para hacer unos cuencos que, llenos de agua, hacían que ésta se tiñese de azul y sirviese contra la retención de orina. Hernández de Oviedo dice que: “La principal virtud de este madero es sanar el mal de las bubas y conseguir sentirse joven, es cosa tan notoria que no me detengo mucho en ello salvo que del palo de él toman astillas delgadas y algunas las hacen limar, y aquellas limaduras cuécenlas en cierta cantidad de agua y bébenla los dolientes ciertos días por las mañanas y guardan muchas dietas, y entre día han de beber de otra agua cocida con el dicho guayacán. Y sanan sin ninguna duda muchos enfermos de aqueste mal”. Las bubas eran el principal síntoma de la sífilis.
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