MASONERÍA EN CUBA

San Martín, Bolívar, Sucre y O’Higgins, los principales líderes de la independencia cubana fueron masones. También lo fueron Antonio Maceo y José Martí. Este último entró en contacto con la masonería en Madrid, donde frecuentaba la logia Armonía, que reunía a independentistas cubanos y a intelectuales españoles que simpatizaban con el movimiento de la isla de Cuba.

La masonería fue introducida en Cuba en 1762, en el período en que la isla fue invadida por los ingleses. El ejército invasor llevaba con ellos una logia, la San Juan, cuya influencia hizo efecto en los círculos militares. La primera logia cuban fue fundada un tiempo después por Joseph Cerneau, un francés residente en Santo Domingo.

La presencia de las logias fue más irregular, a causa de los decretos de prohibición que llegaban de España. Los masones no fueron ajenos al primer intento independentista en 1809. El abogado Joaquín Infante fue uno de los que participaron en esa conspiración. Incluso redactó un proyecto de Constitución.

La masonería no se desarrollo en Cuba hasta mediados del siglo XIX. En 1862 se fundó la orden masónica Gran Oriente de Cuba y las Antillas, que servía de cobertura a los sublevados. Maceo se unió a la masonería en 1864 y participó en la preparación de la sublevación de 1868. El movimiento era apoyado por los masones cubanos en el exilio. Uno de ellos fue Martí, quien en 1895 fue designado para liderar el levantamiento de ese año, y que sería el golpe definitivo para lograr la independencia de Cuba en 1898.