13 de septiembre de 2020

ENTREMESES


Los entremeses, además de conocerlos como el principio de una comida, en la Edad Media, en los grandes festines, se llamaba entremeses a unos espectáculos o mascaradas con los que se obsequiaba a los invitados entre servicio y servicio, como cada servicio constaba de varios platos, a veces había quince o veinte servicios, es normal que se necesitara algún tiempo de reposo.

Froissard, que fue cronista del rey San Luis de Francia, cuenta que en el año 1237, en las bodas de Oroberto, hijo de San Luis, con la condesa de Artois, hubo espectáculos muy variados durante el banquete; un caballero montado sobre un soberbio caballo atravesó la sala a la maroma sobre un cable que pasaba por encima de la mesa. En las cuatro esquinas de la mesa instalaron unos músicos montados sobre bueyes. Perros sabios disfrazados de bailarines lucieron sus gracias, mientras monos montados sobre cabras hacían como que tocaban el arpa.

Eso no es nada si lo comparamos con el entremés con que fue obsequiado el emperador Carlos IV de Alemania por el rey Carlos V de Francia: Una nave con todas sus velas desplegado entró en la sala. Lucía pendones con las armas de Jerusalén, y en el puente iban unos cruzados con Godofredo de Bouillon al frente, cubiertos todos con espectaculares armaduras. La nave avanzaba sin que se viera quién la movía. Detrás venía una carroza representando a Jesusalén, con sus torreones y murallas cubiertas de sarracenos. Se juntaron ambas, y los cruzados, descendiendo del barco, asaltaron a los infieles. Éstos se defendieron valientemente tumbando escalas y caballeros; al final éstos consiguieron clavar la cruz en el torreón y los comensales se levantaron para saludarla.

0 comentarios :