NA PATARRÁ (LEYENDA BALEAR)
En los alrededores de Alaior (Menorca), se encuentra una
rara excavación, se trata de un pozo abierto por manos humanas, es conocido por
Na Patarrá. Su recinto fue cerrado por las piedras y la tierra que los
campesinos fueron vertiendo durante años inconscientemente. Posteriormente fue
recuperada volviendo a excavar el pozo, y la escalera de ciento treinta
peldaños en descenso. En el fondo se encuentra una enorme pila que recoge el
agua que la bóveda va filtrando de forma continua.
Na Patarrá, según los entendidos, es una réplica de la
bíblica fuente de Gibeón, en Palestina. Parece que fue excavada por gente
procedente de esa tierra, en una época cercana al siglo VII a. C.
Hay numerosas leyendas en torno a Na Patarrá. Dicen que en
los cinco pedruscos que rodean la Taula de Torrauba, al lado del pozo, se
sentaban cada noche los cinco gigantes, jefes de las tribus de los alrededores.
La gran mesa de piedra servía tanto como altar para sacrificios o para comer.
A medianoche, una sirvienta, la guardiana del pozo, bajaba
hasta el fondo y volvía llevando en su cabeza la gran pila de piedra, con el
agua de Na Patarrá, que los gigantes bebían o lavaban la sangre de los
sacrificios.
Nadie podía acercarse al recinto sagrado de Na Patarrá, sólo
los cinco gigantes o la guardiana, que en su tiempo libre hilaba en un grandísimo
huso de piedra, que al morir, dejó clavado en el suelo, cerca de la entrada.
También a lo largo de los años se implantaron pequeñas “manias”
o creencias populares. Decían que su
agua, tenía no solo la virtud de alargar la vida, sino que en algunos casos te
hacía inmortal si la bebías.
Una rica terrateniente de los alrededores enviaba cada día a
su criado a buscar una jarra de agua a la fuente. Todo iba bien, pero un día el
señor de la casa cogió unas fiebres que casi lo matan. No podían creer que el
agua de Na Patarrá hubiera fallado, hasta que se descubrió que el sirviente,
para no caminar tanto, cogía el agua de una fuente más cercana.
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