LA MOSCA TSE-TSÉ EN LA ISLA DEL PRINCIPE
A mediados del siglo XIX, la pequeña isla del Príncipe,
situada a las costas de Guinea Ecuatorial, y que hoy forma un estado
independiente, era un floreciente territorio cercano a África.
Esta isla debía parte de su prosperidad a doña María, una
dama de la nobleza cuyas propiedades y palacios se extendían por toda la
colonia. Doña María no era una terrateniente inactiva, estaba muy preocupada
por el desarrollo económico de Príncipe. Hizo traer a la isla vacas y toros
desde Gabón, comenzando una actividad ganadera que aumentó la felicidad de sus
ciudadanos, pero que a la larga significaría su ruina.
Con las reses importadas llegó un “regalo” inesperado, una
colonia de moscas tse-tsé, que hasta ese momento sólo se extendía por el África
Oriental subsahariana, donde provocaba continúas epidemias de la enfermedad del
sueño. En 1890, hubo que importar mano de obra de Angola, una zona en la que ya
se había detectado la enfermedad.
La mosca tse-tsé se cebó en los animales traídos a la isla
del Príncipe y quedaron contaminados con el parásito causante de la horrible
enfermedad. A partir de ese momento, las moscas, picaron indiscriminadamente a
los animales y a las personas. Se propagó rápidamente la enfermedad, causando
una violenta epidemia.
En pocas semanas, hubo que sacrificar todo el ganado. La
gente moría a cada minuto. En 1907, sólo quedaban 350 personas de una población
de 5.000. al final, como resultado de la enfermedad del sueño, la isla quedó
casi desierta.
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