MALLORCA Y JOVELLANOS

Gaspar Melchor de Jovellanos fue acusado de introducir en España una copia del “Contrato social de Rousseau”, libro prohibido en ese tiempo, por ello fue deportado a Mallorca en marzo de 1801.

Fue encarcelado en la Cartoixa de Valldemossa, donde anotaba en su agenda todo lo que hacía en sus paseos, donde iba siempre acompañado de un cartujo. Anotaciones sobre botánica, topónimos y los nombres de las personas con las que se cruzaba.

Todo lo que escribía era vigilado. Envió unas cartas a Carlos IV, para preguntarle de que se le acusaba, y fueron interceptadas. Le prohibieron leer y escribir. Su estancia en la Cartuja no duró mucho ya que había entablado amistad con los cartujos y con la gente de la alta burguesía mallorquina, eso no sentó muy bien a las autoridades y lo trasladaron al Castillo de Bellver en mayo de 1802.

La reclusión en el Castillo fue más dura. Lo metieron en una habitación con poca iluminación y apenas ventilada, esta mala situación cambió en 1803 que por prescripción médica se le permitieron los paseos y los baños de mar.

Hacia el 1807 Jovellanos tenía casi total libertad de movimiento, siempre vigilado, aunque tenía prohibido entrar en los muros de la ciudad. Pidió a un ebanista de Palma que le hiciera una cama y un escritorio, le enviaron sus libros, llegó a tener servicio, disponía de varias habitaciones.

Como había entablado relaciones con las personas más influyentes del momento, (en todos los campos; nobles, militares, aristócratas, etc.), disponía de una vajilla para recibir a sus invitados. Solía merendar con las señoras de la burguesía.

La abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, en mayo de1808, propicio la liberación de Jovellanos. Siguió viviendo en Bellver, y se dedicó a visitar Soller, Alfabia, Raixa, Pollensa, y el Puig de Randa.

Abandonó Mallorca un mes después. Murió el 27 de noviembre de 1811, tres años después de dejar la isla.